Es simple, divertido y hasta “adictivo”. Sólo es cuestión de apuntar, poner cara de ocasión y disparar. Después, solo falta apretar un par de botones “send” y la imagen ya estará en el ciberespacio, a la búsqueda de “Likes” y comentarios. No parece una conducta muy riesgosa la de compartir fotos en Internet.
Sin embargo, los últimos modelos de cámaras y smartphones, así como las mismas redes sociales, suelen capturar la información geográfica precisa del lugar en el que las fotos fueron tomadas. Y a menos que uno les indique lo contrario, esconden esos datos dentro del archivo fotográfico, de modo que cualquier persona con algunos conocimientos de informática puede llegar a conocerlos.
Para advertir sobre este riesgo, Owen Mundy, profesor de la Universidad de Florida, diseñó un sitio que muestra un millón de fotografías de gatos ubicadas en el lugar exacto donde fueron tomadas. Más de 4 mil de ellas en la Argentina. El sitio se llama I Know Where Your Cat Lives (Sé donde vive tu gato) y busca generar conciencia acerca de lo expuesto que estamos en la red, simplemente a partir de las fotos de una mascota, por ejemplo.
El gato es solo una excusa, le dice Mundy a Clarín. “Todo el mundo ama a los gatos, ¿no? Solo busqué la manera de mostrar el riesgo de forma agradable y clara, llegando a la mayor cantidad de gente.” Para rastrear la información geográfica que muestra el sitio, el equipo de Mundy hurgó en las bases datos de Flickr, Twitpic (de Twitter) e Instagram, las redes que más se usan hoy para compartir fotos. Filtraron aquellas fotos etiquetadas con la palabra “cat” (gato), las vincularon a la referencia geográfica de cada una y finalmente las situaron en un mapa web. El resultado es inquietante: solo es cuestión de navegar por el mundo para ver dónde está exactamente cada gato; lo mismo podría hacerse con cualquier otra palabra clave.
¿Cómo surgió la idea? Lo cuenta Mundy: “Yo estaba usando Instagram para fotografiar a mi hijo de tres años y un día me di cuenta que la aplicación había estado grabando las coordenadas geográficas en mi patio trasero. Pensé: ‘No recuerdo que la aplicación me haya preguntado si quería compartir estos datos’ . Fue una experiencia horrible que quise transmitir a los demás, traducida de una maneradivertida e inofensiva ”. Lo de inofensiva se refiere a que el sitio (http://iknowwhereyourcatlives.com) muestra los gatos y la ubicación geográfica, pero ningún otro dato que comprometa al usuario de esas cuentas en las redes sociales.
Francisco Amato, experto en seguridad informática de Infobyte Security Research, elogia la iniciativa de Mundy y explica que “los archivos de fotos, por ejemplo los jpg, esconden una gran cantidad de datos. No solo la posición geográfica que informa el GPS o las redes celulares, sino también pequeñas imágenes de versiones anteriores de esa misma foto, o incluso información sobre archivos de la PC donde estuvo guardada.” Amato da una serie de recomendaciones para evitar exponer los datos geográficos: Tener deshabilitadas las opciones de geolocalización en todas las redes sociales, aplicaciones y sistemas operativos de celulares.
Usar en las redes sociales siempre perfiles protegidos. Es decir, que la información que uno publica la vea solamente la gente que uno quiera.
Lo mismo aplica para Twitter. A menos que uno esté buscando seguidores y quiera que todo el mundo vea los tweets que escribe, conviene tener la cuenta cerrada.
Mundy es un poco más extremo: “Si no querés que tu información pueda ser vista por el mundo directamente no la subas.”