Tras el fallido lanzamiento de la primera actualización de iOS 8 y el escándalo del ‘bendgate’ en las redes sociales que denuncia que el nuevo iPhone 6 se dobla con bastante facilidad, Apple ha decidido invitar a un reducido grupo de periodistas para visitar las instalaciones donde la compañía de Cupertino realiza las pruebas de estrés de sus ‘smartphones’ antes de lanzarlos al mercado.
Entre el grupo de comunicadores seleccionados se encontraba una de las periodistas del portal, Laureen Goode, quien ha documentado cómo son las cuatro pruebas que Apple realiza para cerciorarse de que sus ‘smartphones’ no se doblan.
La comitiva de periodistas estuvo liderada por el propio vicepresidente de marketing mundial de Apple, Phill Schiller, quien aprovechó el encuentro para decir que sólo se han recibido nueve quejas en relación al ‘bendgate’ en Cupertino, lo que supone un minúsculo porcentaje de los iPhone 6 y 6 Plus vendidos, que durante el primer fin de semana alcanzó la cifra récord de 10 millones de unidades vendidas.
Antes del lanzamiento de los iPhone 6 y 6 Plus el pasado 19 de septiembre, Apple comprueba 15.000 unidades de cada modelo de su nuevo buque insignia.
Prueba de aplastamiento
En esta fase, Apple intenta reproducir qué le pasa a un iPhone cuando sus usuarios se sientan en diferentes superficies -blandas y duras- con el ‘smartphone’ en el bolsillo trasero.
Este test se divide en tres fases: la primera para comprobar los efectos de sentarse sobre un iPhone en una superficie dura, la segunda para conocer qué le pasa cuando su usuario se sienta sobre una superficie blanda y la tercera -y el “peor de los casos”, en palabras de el vicepresidente senior de ingeniería del ‘hardware’ de Apple, Dan Riccio- para estudiar las consecuencias de sentarse con el iPhone en el bolsillo trasero del pantalón en el borde de una superficie dura.
Estas pruebas, se repiten “unas mil veces” por cada iPhone a comprobar.
Prueba del doblado en tres puntos
“Esta prueba es probablemente la más relevantes para los vídeos que habéis visto” comento Riccio a los periodistas.
Para esta prueba, los ingenieros colocan el ‘smartphone’ sobre unas barras metálicas en cada extremo del terminal de tal forma que queda suspendido en la parte central. Una vez colocado, se les aplica una presión equivalente a 25 kilos en la parte central. Según re/code, durante la demostración pudieron comprobar cómo el iPhone se doblaba mientras se le ejercía presión, pero que, una vez liberado, el teléfono volvía a su forma normal.
Riccio explicó que cuando los iPhone se quedaban doblados era porque los usuarios habían aplicado una presión superior a la soportada por el teléfono.
Prueba de punto de presión
La tercera de las muchas pruebas a las que Apple somete a sus dispositivos es la prueba de presión sobre un sólo punto. Para ello, una máquina se encarga de aplicar una presión equivalente a los 10 kilos de peso directamente en el centro del iPhone.
Prueba de torsión
La última de las prueba consiste en sujetar el iPhone por sus dos extremos y, mientras una de las pinzas permanece inmóvil, la otra va girando poco a poco hasta un cierto grado que Apple no quiso desvelar.
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