Imagina un futuro en el que podrás interactuar físicamente con tus amigos de Facebook, donde los tuits sean el modo de comunicación de facto para emergencias de gran escala, y donde las personas se conecten a Google Plus sin tener que preguntarse si alguien usa el servicio, sino que los recibirán amplios círculos de contactos.
Si esos escenarios parecen inverosímiles, tal vez estés pensando en el corto plazo. Ya sea a través de grandes adquisiciones o mejoras menores en el servicio, las principales redes sociales están realizando cambios en sus productos con una frecuencia pasmosa, cada semana, día o incluso cada hora. Fortune pidió a algunos expertos que fantasearan sobre cómo serían estas redes dentro de cinco a 10 años. Sus respuestas fueron sorprendentemente realistas.
Protagonizando la noticia más importante del mes, o quizás del año, Facebook incendió la escena social anunciando el 25 de marzo la adquisición de Oculus VR, un acuerdo valorado en aproximadamente 2,000 millones de dólares. La compra marca un radical cambio de rumbo en la hoja de ruta del producto Facebook, y tiene a los expertos imaginando todo tipo de cruces y fusiones entre la red social y la tecnología de realidad virtual.
“La adquisición de Oculus demuestra cómo Facebook estará obsesionado por permanecer relevante mediante la compra de la próxima gran cosa”, dice el fundador y director ejecutivo de la plataforma de publicación RebelMouse, Paul Berry, que agrupa contenido de diversas redes sociales.
A través de esa y otras adquisiciones, Berry cree que Facebook se convertirá en el futuro en un holding, un conglomerado de varias marcas, similar a Viacom o Hearst. “Yo los veo usando su capitalización de mercado para crear una mayor capitalización de mercado para los Instagrams o WhatsApps”, augura.
Pero internamente, este sitio tal vez se divida en objetivos diferentes, opina el director de tecnología de Little Bird -una empresa con sede en Oregon que ofrece análisis e investigación de la influencia de la esfera social-, Michael Jones. “Facebook solía ser más divertida e idealista, y ahora que cotiza en Bolsa hay mucha presión sobre esa organización para crecer rápidamente y obtener beneficios económicos”, dice. Esta “gran división” continuará por años, conforme la mitad de la compañía se dedique a generar ingresos, mientras que el resto persiga los ideales fundacionales de conectar al mundo.
Pero ambos objetivos, generar ingresos y conectar a la gente, pueden ser resultado de la compra de Oculus, asegura el director de análisis de renta variable para Sterne Agee, Arvind Bhatia. En cinco años, Bhatia espera que Facebook concentre una tajada más grande del mercado de la publicidad, su motor de búsqueda Graph Search se expanda y la empresa incursione más en el comercio electrónico. Luego, con sus redes complementarias como WhatsApp e Instagram, Facebook será capaz de operar su propia plataforma, en lugar de operar a través de Android e iOS.
“Están siendo marginados en la plataforma móvil”, dice Bhatia. “Así que quieren ser el próximo Android, y la única manera de conseguirlo era empezar desde cero, y eso es lo que están haciendo con esta tecnología de realidad virtual”.
Google Plus
La adquisición de Oculus por parte de Facebook parece imitar la estrategia bélica de Google, como cuando el gigante de las búsquedas compró Nest Labs por 3,200 millones de dólares en enero. Como resultado, parece que las dos compañías libran ahora una “Guerra Fría” tecnológica. Y a pesar de que el hardware acapara todos los titulares en esta lucha, no hay que ignorar a las redes sociales como las primeras líneas de batalla.
Aun cuando Google Plus no sobreviva a los próximos cinco o 10 años -por lo menos no bajo ese nombre-, su base de usuarios perdurará en las aplicaciones conectadas a la red, sostiene Berry. “Debido a esto, Google cuenta con la red social más importante y la más activa en Gmail”, dice, y añade que Hangouts (que reemplaza al antiguo Google Talk) y Voice ganarán importancia conforme Android madure. “Se convertirán en monstruos absolutos, en comparación con lo que son ahora”.
Jones también se muestra optimista, opina que Google Plus llegará a su punto de inflexión en los próximos cinco o 10 años, aunque conserve o no el mismo nombre. “Hasta ahora, desde una perspectiva de marca, ha sido un pueblo fantasma”, dice. “He visto una gran cantidad de métricas sobre la participación o engagement, pero nadie ha descifrado el misterio de Google Plus”.
Con todo, Jones no subestima las aplicaciones y servicios de Google, y considera que YouTube, Drive, Calendar y Gmail son esenciales para la relevancia de la red social (especialmente con la creciente recolección de datos de Mountain View).
Tal como Facebook podría convertirse en un complejo conglomerado de servicios y marcas, Twitter podría seguir diferenciándose a través de su simplicidad. Pero primero, la red del pajarito tiene que seguir siendo rentable, y en opinión de Berry, durante los próximos cinco años la monetización de Twitter crecerá más rápido que su adopción por los usuarios.
“Es una plataforma tan simple y tan pública, y mueve tal cantidad de datos que despiertan tu interés, el hecho de que sea tan pública la hace perfecta para la publicidad”, dice. “Creo que logra ser el canon de las sucintas actualizaciones de estado de Internet”.
No obstante, el lento crecimiento de Twitter preocupa a Bhatia. Aunque él piensa que la red continuará creciendo, cree que no igualará a la base de usuarios de Facebook. “Además Instagram está alcanzándola”, dice. “Mientras que Facebook se convertirá en uno de los cuatro jinetes de la tecnología, Twitter será una interesante compañía, de buen tamaño, pero no un pilar”.
Pero Jones piensa que no todo se reduce al número de usuarios. Lo que distingue a Twitter es que, a diferencia de Facebook, es una red social sumamente abierta. Y esta apertura le dará a Twitter una mayor utilidad en el frente de la extracción de datos (la llamada data science), y por esta razón Jones ve posible que la red sea adquirida por una organización gigante, como las Naciones Unidas, para difundir y recolectar datos en un escala nunca imaginada.
“Le espera algo grande, simplemente porque es sencilla y funciona”, vaticina Jones.
El firmamento laboral es la clave de la red social LinkedIn, y lo ha sido desde el principio. Este singular enfoque le da a la red un alto potencial en los próximos cinco a 10 años, aun cuando los usuarios tarden en averiguar qué es exactamente lo que pueden hacer en ella. “Creo que van a triunfar cuando la gente comience a entender el tipo de contenido que deben compartir en LinkedIn”, comenta Berry, quien piensa que la red florecerá como el lugar idóneo para publicar contenido de carácter profesional, orientado a la carrera.
Por supuesto, los datos que LinkedIn recopila son tremendamente valiosos, asegura Jones. “Si quieres la lista más actualizada de quién está trabajando en dónde, eso es LinkedIn, la gente actualiza esa información de inmediato”. En consecuencia, LinkedIn continuará dominando como la red social de facto entre empresas (business-to-business). Y gracias a sus datos, en los próximos años podrían aparecer varios productos de LinkedIn, en especial en torno a la contratación y retención de empleados.
Pero el factor que podría traer el mayor cambio para LinkedIn (y, de hecho, para todas las redes sociales) es el siguiente destino para la compañía: China. En febrero, LinkedIn anunció una versión beta de su sitio chino. “Creo que a esta nueva plataforma le va a ir bien en China”, augura Bhatia, quien piensa que esta red social cosechará un brutal éxito en el país asiático durante los próximos cinco años.
“Tienen el apoyo del Gobierno chino, ofrecerán un servicio útil allí, y creo que su modelo funciona”, dice. El acceso preferente de LinkedIn es una ventaja competitiva que las otras redes sociales (que han sido cerradas por el Gobierno chino) no pueden igualar y puede posicionarse mejor que cualquier otro para crecer en los próximos cinco o 10 años.