Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford ha desarrollado un par de adaptadores de bajo coste que convierten al teléfono móvil de Apple, el popular iPhone, en un capturador de imágenes de alta calidad tanto de la parte externa como interna del ojo.
Los adaptadores son fáciles de manejar, son más económicos que los actuales equipos de oftalmología y permitirán a cualquier persona con un mínimo entrenamiento tomar imágenes del ojo, tanto del exterior del mismo como de la retina, y compartirlas de forma segura entre profesionales, o almacenarlas en los expedientes médicos de los pacientes.
«Piensen que es un Instagram para el ojo», ha comentado Robert Chang, uno de los desarrolladores, que empezó junto a David Myung a gestar el proyecto hace ya dos años. La idea es mejorar y facilitar el acceso a los servicios de atención oftalmológica, así como mejorar la atención remota a los pacientes.
Gracias a este sistema, los servicios de urgencias, las zonas rurales o los médicos de atención primaria pueden realizar un control oftalmológico sin tener que esperar para acudir al especialista. Así, comenta Robert Chang: «Una imagen vale más que mil palabras. Imagine una víctima de accidente de automóvil que llega al servicio de urgencias con una lesión en el ojo que resulta en un hifema – sangre dentro de la parte frontal del ojo. Normalmente, el médico tendría que describir este hallazgo en su registro electrónico solo con palabras. Con los smartphones actuales, no solo se servirá de la cámara para complementar el informe con una foto de alta resolución, sino que también tendrá la capacidad de transferencia de datos para subir esa foto de forma segura a la historia clínica en cuestión de segundos».
El equipo de adaptadores, que se espera que se venda por menos de 90 dólares, se puede transportar fácilmente en un maletín de médico, en una ambulancia, o puede estar colocado en un carrito de emergencia de urgencias.