Las gafas de Google han levantado tantas expectativas sobre las posibles aplicaciones que traerá el dispositivo, como burlas a sus propietarios por el look estrafalario y la necesidad de controlarlas con toques sobre la patilla y mediante órdenes vocales que comienzan con “OK, Google”.
Esto último podría cambiar pronto si sigue adelante el desarrollo de sensores como Neurosky, que se conecta a la frente del usuario, donde lee las ondas cerebrales para enviar órdenes a las Google Glass.
El sensor utiliza una técnica ya probada en otras aplicaciones que intenta interpretar, aunque de forma tosca, la concentración de la persona.+
El intermediario entre ambos aparatos sería la aplicación MindRDR, instalada en Google Glass.
En el estado actual de la tecnología, el dispositivo sólo sirve para realizar fotografías cuando el usuario se concentra mientras mira un punto del espacio. Si la concentración persiste, Neurosky envía a las Glass la orden de subir la foto a la cuenta de Twitter asociada.
El sensor EEG de Neurosky está a la venta en el Reino Unido y tiene un precio de 71 libras, mientras que Google Glass se vende en dicho país por mil libras