Hoy se revela un nuevo aspecto del selfie. La tecnología de reconocimiento facial utilizada a nivel profesional para proyectar el rostro de un niño años más tarde de haberse perdido, por ejemplo, podría ser utilizada para uso personal y así determinar la fecha en la que una persona va a morir.
Y es que la información que se esconde tras cada fotografía y los datos básicos del individuo como la edad, género, hábitos, educación y antecedentes familiares entre otros es trascendental, así como también lo es el algoritmo especial que podría predecir su apariencia futura y la edad de su muerte.
Científicos de la Universidad de Illinois trabajan en la creación de un sistema que promete analizar las perspectivas de un individuo sobre la base del envejecimiento de su rostro.
De acuerdo con el biodemógrafo Jay Olshansky, que cita Terra, cada persona tiene su propio ‘ritmo de envejecimiento’ conforme a la manera en la que vive su vida. Así, unos tardan más que otros y, según el profesional, los hijos de quien envejecen con mayor lentitud tienden a vivir más tiempo.
Si bien existen varios programas que realizan funciones bastantes parecidas, el nuevo algoritmo analiza cada cara de forma individual en lugar de emplear modelos universales. Adicional a esto, cuenta con datos sobre la salud de la persona, haciendo más precisa dicha proyección.
Este espectacular análisis, que se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo, promete ser una herramienta fundamental para las empresas de seguros, que ven un gran potencial en el proyecto al ofrecer la opción de estimar el tiempo de muerte de una persona. De esta manera pretenden formular sus servicios.
La tecnología implica el uso de una computadora para escanear una fotografía del rostro en busca de signos de envejecimiento, añadiendo al análisis datos trascendentales. Es así como los investigadores podrán analizar cada milímetro del rostro, detallando los cambios que se han registrado a lo largo de los años y determinando la edad en la que el ser humano analizado va a morir.