Edwin Guzmán, un sargento dominicano del Departamento de Policía de Boston (BPD) y de 38 años de edad, fue acusado de enviarle mensajes de texto sexualmente explícitos a través de su celular, facebook y otras redes sociales, a una estudiante de 16 años de edad, que habló públicamente del acoso, aunque su identidad no se revela por razones legales.
Guzmán, condecorado como el policía hispano del BDP más destacado del 2012, fue acusado en noviembre del año pasado, pero el caso se había mantenido en reserva, frustrando la esperanza de la menor y su familia para que se haga justicia.
La muchacha, apareció el martes en el canal My Boston Fox, relatando la situación en la que dice que el sargento, le ofreció regalarle un celular para mantener la comunicación permanente entre ellos y le advirtió que debía quedar en absoluto secreto.
“¿Crees que puedes ser capaz de mantener esto en secreto?”, le pregunta Guzmán a la menor en uno de los mensajes. En agosto del 2014, fue ascendido al rango que ostenta ahora y fue en esa misma época que comenzó a perseguir a la estudiante.
La adolescente le dijo al canal de televisión, que desde el comienzo, ella veía en Guzmán una figura “paterna”, hasta que la relación dio el giro a través de Facebook. Admitió que se comunicaba con frecuencia con el sargento y el él le dijo en unos de los mensajes que “eres muy bonita y no mereces echarte a perder”.
Para su cumpleaños, la estudiante decidió hablarle a su madre acerca de la amista que tenía con Guzmán y el celular que le compraría, pero él, le exigió que no lo hiciera, diciéndole que eso era parte del “secreto” entre ambos. Ella narró que el sargento le pidió que “todo lo que tienes que hacer es dejarte tocar de la manera que quieras, cuando pasemos un rato juntos”.
Dijo que ella se asustó y no entendía el que le ofreciera comprarle un teléfono, para que hacer esas “cosas” con el sargento. Guzmán, también le hizo preguntas respecto a su experiencia sexual y le envío una foto de él desnudo.
Borró la imagen de inmediato y le habló semanas después del incidente a su madre. La mamá dijo que lo primero que hizo fue empezar a llorar. “Ella es una niña, ¿Por qué iba a tener que pasar por esto?”. Ambas, pusieron una denuncia en el cuartel de la policía en el poblado de Randolph, donde viven y luego a la jefatura del departamento.
La madre reveló que algo inusual sucedió mientras ella denunciaba a Guzmán en la policía de Boston y le resultó sospechoso que un mensaje del sargento, llegara por facebook cuando la reunión iba por la mitad. “Cuando fuimos al cuartel general a poner la denuncia, él me mandó un mensaje diciéndome que teníamos que hablar y que era importante”, narra la madre.
Pero ella nunca contestó el mensaje y se pregunta si algún otro policía, informó a Guzmán sobre su presencia en la sede de la policía. “Creo que este caso lo han mantenido en secreto por él ser quien es”, dijo, añadiendo que tampoco se le ha hecho publicidad al caso.
“No quiero que esta denunciado se haya metido debajo de la alfombra”, señaló la madre. Guzmán, está acusado de enviar material obsceno a una menor de edad, acoso y molestar a una persona del sexo opuesto.
El sargento y su abogado, se negaron a hablar sobre la acusación, mientras en la policía de Randoplh, les dijeron a la madre y la adolescente que extrajeron las conversaciones de Facebook. La jefatura, otorgó licencia con sueldo a Guzmán, mientras la investigación esclarece la denuncia. El cuartel general dijo que está a la espera de los resultados de las investigaciones, antes de dar un próximo paso.
La oficina de la fiscalía en Norfolk, distrito de Randolph, dijo que no emite comunicados sobre casos de conducta lasciva. La madre y la niña, dijeron estar nerviosas, pero están convencidas que es importante hablar. “Pensé que si no lo hacíamos con mi hija de sólo 16 años de edad, ¿qué más podría él estar haciendo por ahí con otras mujeres?”, añadió la madre.
“No queremos que les haga lo mismo a otras muchachas, y dado que es un policía, podría estar usando su posición y rango para conseguir lo que quiere”, señaló la adolescente.
Por Miguel Cruz Tejada para el Nuevo Diario