Julius Kivimaki tiene apenas 17 años pero un extenso currículo en materia de ataques informáticos.
Concretamente 50,700 casos de “hackeo agravado”.
Sus ciberataques afectaron entre otras instituciones a la Universidad de Harvard y al Instituto de tecnología de Massachusetts, e involucraron el hackeo de correos electrónicos, el bloqueo de tráfico a páginas web y el robo de datos de tarjetas de crédito.
Pero a pesar de la gravedad de los crímenes que le fueron imputados, Kivimaki no irá a la cárcel.
“No entendía el daño”
Un tribunal del distrito finlandés de Espoo le dió al joven una condena de dos años de prisión suspendida.
El juez Willhelm Norrmann dijo que Kivimaki tenía solo 15 y 16 años cuando cometió los crímenes en 2012 y 2013, el año que fue arrestado.
“(El veredicto) tomó en cuenta la edad del acusado en aquel momento, su capacidad para entender el daño de los crímenes, y el hecho de que ya estuvo encarcelado durante aproximadamente un mes durante la investigación previa al juicio”, dijo el tribunal en un comunicado.
Además, se le confiscó su ordenador personal y le ordenaron entregar pertenencias por valor de US$7.266 obtenidas a través de sus crímenes.
Pero un consultor que asesora a Europol y a otras instituciones sobre cuestiones de cibercrimen expresó preocupación ante la sentencia.
“Aunque estoy seguro de que el tribunal consideró todas las circunstancias que rodean a la condena y la sentencia que le fue adjudicada, hay una cuestión sobre si este tipo de sentencias servirán de disuasión para otros hackers“, dijo el consultor Alan Woodward.
“No es necesariamente tarea de los tribunales incluir el factor de la disuación en sus sentencias”, añadió.
“Sin embargo, si yo perteneciera a otro grupo de hackers (…) y viera que alguien tuvo una sentencia suspendida por más de 50.000 hackeos, algunos de los cuales causaron daños significativos, no creo que me preocupara mucho”, comentó.