Los expertos de la industria dicen que la agresividad del plazo planteado sugiere que la firma de la manzanita se dispone a pelear el mercado con pioneros como Tesla y gigantes como General Motors, que planean lanzar sus modelos eléctricos en 2017.
La llegada de Apple al campo de la industria automotriz puede ser el punto de inflexión que haga de la propulsión eléctrica un standard y no una mera curiosidad. Steve Levine, autor de “Casa de Máquinas”, un libro sobre la industria de la batería del automóvil, le dijo a Bloomberg: “Apple entra y hay una masa crítica. Antes nos preguntábamos si GM realmente iba a poder igualar Tesla. Bueno, Apple puede”.
Apple, que obtuvo un beneficio récord de 18 mil millones de dólares en el último trimestre del año tiene 178.000 millones de dólares, en efectivo, y pocas maneras de gastarlos. Los costos de investigación y desarrollo de la compañía con sede en Cupertino, California, fueron de 6.040 millones en el pasado año y el director ejecutivo, Tim Cook, enfrenta una creciente presión para devolver algo de esas ganancias a los accionistas. Cook ha propuesto como rumbo para la compañía una exploración de nuevas áreas en las que se pueda “envolver” más las vidas digitales de los usuarios.
No se trata de una situación nueva para Apple. La empresa no fue la primera en hacer un reproductor de música digital o un teléfono inteligente, y sólo ingresó a esos mercados una vez tuvo un producto capaz de redefinir esas categorías. La idea de que haga lo mismo con los automóviles eléctricos podría, dicen los observadores, cambiar al mundo.
Marcas como Tesla han demostrado que las barreras tradicionales de entrada en la industria del automóvil no son tan difíciles de superar como originalmente se pensaba. A medida que los fabricantes de automóviles han luchado para lograr saltos técnicos en el desarrollo de sus vehículos, han hallado que Silicon Valley avanza en pos de una meta similar. Google, por ejemplo, trabaja en el desarrollo de un vehículo autónomo desde 2010. Apple entraría tarde al mercado, pero con la ventaja de poseer su propio ecosistema, lo que le permitiría conectar con sus propios recursos en materia de navegación y entretenimiento.
En todo caso, nada es seguro. Apple podría decidir abandonar su sueño automotor si los ejecutivos no están contentos con el progreso. Un equipo de 200 personas trabaja en el proyecto, pero la empresa sigue contratando.