Apple Pay irrumpió con fuerza en Estados Unidos desde su lanzamiento en septiembre, y la compañía asegura que ya gestiona cerca de 2 de cada 3 dólares gastados en pagos “sin contacto” en las tres principales redes de tarjetas del país.
No obstante, el gigante tecnológico necesitará mucha más magia mientras busca extender su servicio en los mercados internacionales.
A diferencia del negocio de la electrónica de consumo, donde Apple presenta de forma regular nuevas computadoras o teléfonos en decenas de países a la vez, no existe un mercado unificado de pagos.
Cada país tiene sus propios bancos, asociaciones de tarjetas de crédito, operadoras de telecomunicaciones y minoristas, al tiempo que las preferencias de pago y los regímenes regulatorios pueden variar bastante.
“Cada mercado tendrá actores locales diferentes, socios diferentes, estándares locales diferentes, economías diferentes, niveles de cooperación diferentes”, afirmó Andrew Humphrey, analista tecnológico de Morgan Stanley.
Apple Pay permite a los consumidores usar los nuevos teléfonos, tabletas y relojes de Apple para comprar productos, acercando simplemente los dispositivos a los lectores instalados en las tiendas.
Su base potencial de clientes es gigantesca: los 800 millones de usuarios de Apple que ya han conectado sus tarjetas de crédito y débito a cuentas de iTunes.
Pero los ejecutivos y analistas de la industria creen que la firma de Silicon Valley debe preparar con cautela, de uno en uno, su entrada en un puñado de mercados nuevos en América, Asia y Europa este año.
Se espera que recurra a sus socios preferentes en nuevos países en lugar de la amplia coalición de actores de servicios financieros que logró reunir en casa, donde el mercado “sin contacto” es relativamente nuevo, señalan.
Los expertos indicaron que los objetivos más probables son los mercados móviles avanzados como China, Japón y Gran Bretaña, así como adoptadores agresivos de los nuevos sistemas de pago, como Australia, Polonia y, en menor medida, Canadá.
Pero Apple no ha dado pistas aún de cuál será su próximo movimiento y se espera que rivales como Google y Samsung presenten este año servicios mejorados para competir con Apple Pay.
Asimismo, los principales bancos buscan potenciar sus aplicaciones propias de “billetera móvil” y compañías de tarjetas de crédito como Visa y MasterCard también trabajan en alternativas viables.