¿Cómo hacer para que un alumno preste atención en clase o no se copie durante un examen si tiene una mini-computadora en su muñeca?
Esta es una de las preguntas que comenzaron a hacerse los profesionales de la educación el año pasado, cuando proliferó en todo el mundo el auge de los “smartwatches” o relojes inteligentes.
Tener un dispositivo para conectarse a Internet literalmente a mano abre las posibilidades a que los estudiantes puedan estar en contacto con compañeros fuera del aula que les “soplen” las respuestas a las preguntas, o incluso consultar directamente en la Red la solución.
Lejos de adoptar el famoso “sistema de honor” y confiar en los alumnos, algunas academias de educación superior están optando por la salida más fácil y ahora prohibieron utilizar los relojes durante los exámenes; cualquier tipo de relojes.
Según informó el portal español El Economista, la entidad explicó que si bien no todos los relojes son “smartwatches”, resulta poco práctico ponerse a revisar los complementos de cada estudiante individualmente.
Como reemplazo la Universidad multiplicó la presencia de grandes relojes de pared durante los exámenes, con lo cual los alumnos pueden consultar la hora y distribuirse el tiempo para cada pregunta.
“Revisamos los procedimientos de examen para garantizar que ningún estudiante tenga una ventaja injusta sobre cualquier otro estudiante. Estamos muy contentos de que nuestros estudiantes hayan adoptado esta nueva política tan fácilmente”, afirmaron