La comunicación de los presos con el mundo exterior había estado siempre relegada a una tecnología obsoleta: los teléfonos fijos.
Pero JPay, un contratista para prisiones en Estados Unidos, ha llevado al siglo XXI las comunicaciones de las cárceles.
La compañía lanzó recientemente una nueva tableta para la población carcelaria, llamada JP5mini, que permite a los reclusos enviar correos, tarjetas electrónicas y videogramas (un video pregrabado) a amigos y familiares.
Con los dispositivos se entretienen, educan y mantienen comunicación con sus seres queridos a fin de fomentar las habilidades y las relaciones que les permitan reintegrarse mejor en la sociedad tras su liberación.
Cerca de 60,000 tabletas JP4 (la predecesora de JP5mini que data de 2010) se usan en 11 estados del país. JPay afirma que, hasta el momento, la nueva JP5mini ha sido adoptada por centros penitenciarios en Idaho y Nueva Jersey.
La nueva versión es superior en términos de gráficos, velocidad y potencia, y tiene cuatro veces la capacidad de almacenamiento con 32 gigabytes.
Los presos pueden comprar la tableta de 69.99 dólares en el quiosco del centro o alguien puede comprarla por ellos.
Para comunicarse con los reclusos, las personas del exterior pueden acceder a la plataforma web de JPay o conseguir la aplicación gratuita JPay para iPhone o Android. Para enviar un correo o video, los presos y las personas en el exterior deben adquirir estampillas de 40 centavos cada vez.
Troy Schulz, vicedirector de la prisión estatal de Dakota del Norte, dijo que “no podría calcular” cuánto trabajo se ahorra el personal carcelario gracias al servicio de mensajería de JPay.
“Antes nos llegaban reproductores de casetes y CD. Los motores de estos aparatos se usaban para hacer pistolas de tatuaje. Ahora hay menos material que debe revisar el personal”, dijo Schulz al sitio CNNMoney.
JPay comenzó como un servicio de pago electrónico para prisiones. Más tarde la empresa proporcionaba a las cárceles quioscos con acceso a música, libros y mensajes, explica Ryan Shapiro, CEO JPay.
JPay permite que las cárceles fijen sus propias directrices para el filtrado de mensajes. En la actualidad, la prisión de Schulz tiene marcadas cerca de 8,000 palabras como “escapar”, los nombres de pandillas y otros términos.
“También podemos identificar ciertos reclusos por el nivel de amenaza que supone su custodia”, señaló Schulz. Los mensajes de los reclusos de alto riesgo son examinados manualmente.
Los dispositivos también vienen electrónicamente etiquetados con la información de los internos para que no puedan abandonarlos después de un uso indebido. Tener una tableta no significa que los presos tengan Facebook o Twitter. El dispositivo está diseñado para sólo funcionar con un sistema operativo Android, no puede instalarse otro sistema ni puede alterarse la plataforma.
“No es como Gmail o Yahoo. Los familiares también deben acceder a la plataforma a través de la página web o la aplicación para iPhone y Android”, dice Shapiro.
Todo se ejecuta en la plataforma JPay. Los presos no tienen acceso a Internet la mayoría de las veces. La JP5mini tiene capacidad inalámbrica si una prisión decide habilitarla.
Schulz estima que en su centro 75% de los internos han adoptado la JP4. Y que están entusiasmados con la nueva JP5mini. “Siempre que sale algo nuevo quieren tenerlo, en especial los internos que cumplen cadena perpetua. Les gusta tener lo más reciente, es muy similar a la forma en que funciona la sociedad”.