Teniendo en cuenta que solo en el último año se han vendido unas 2.000 millones de cámaras en todo el mundo, dar el siguiente paso en esta revolución de la imagen digital era cuestión de tiempo. ¿Es posible hacer funcionar una cámara de vídeo sin alimentación externa, sin batería? Así es. Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) acaba de presentar un prototipo de cámara de vídeo que se autoalimenta. No necesita baterías y es capaz de producir una imagen cada segundo por tiempo indefinido. El equipo presentará este trabajo en la Conferencia Internacional de Fotografía Computacional de la Universidad de Rice en Houston (EE.UU.).
¿Cómo funciona este innovador dispositivo? La esencia de esta cámara está en que mide la luz incidente y la convierte en energía eléctrica. Así, una habitación bien iluminada sería el único requisito para que la cámara genere imágenes de forma ilimitada.
Para conseguir este hito en tecnología, los expertos se basaron en la esencia de los paneles solares y las cámaras digitales. A pesar de sus diferencias, los componentes que los integran son prácticamente los mismos. Y el responsable más destacado del proceso es el fotodiodo, ese mecanismo que produce corriente eléctrica al exponerse a la luz, permitiendo que cada píxel mida la intensidad de la luz que recae sobre él mismo. El fotodiodo se utiliza en paneles solares que convierten la luz incidente en eléctrica, y listo; ya tenemos obrado el milagro gracias a esta función fotoconductora.
“Esto es sólo la punta del iceberg. Se espera que las imágenes digitales lleguen a campos emergentes como dispositivos portátiles, redes de sensores, entornos inteligentes, medicina personalizada o la internet de las cosas. Una cámara que pueda funcionar sin ataduras para siempre, sin fuente de alimentación externa, sería increíblemente útil”, explica Shree K. Nayar, líder del estudio.
El prototipo del dispositivo (financiado por la Oficia de Investigación Naval estadounidense) es capaz de crear, por el momento, imágenes de 30×40 píxeles. Cada uno de ellos utiliza tan solo dos transistores y en cada captura los píxeles leen y graban la imagen; luego cosechan la energía y finalmente cargan la fuente de alimentación del sensor dentro de un proceso simple y tremendamente útil.
“Creemos que nuestros resultados son un importante paso adelante en el desarrollo de una nueva generación de cámaras que pueden funcionar por mucho tiempo, idealmente, para siempre, sin alimentación externa”, aclara Nayar.