Los sistemas de seguridad mediante el uso de huellas dactilares están tomando cada vez más fuerza en los dispositivos móviles. Según un estudio presentado por Tao Wei y Yulong Zhang, investigadores de la firma de seguridad FireEye, para el 2019 el 50 por ciento de los ‘smartphones’ usarán sistemas biométricos. Sin embargo, aseguran que este mecanismo es vulnerable y de ser explotado puede suponer riesgos.
Los investigadores determinaron que los celulares no guardan por completo la información de la huella, causando que ciertos datos queden expuestos. Incluso, aseguran que es posible realizar ataques masivos para recoger, de forma remota, las huellas dactilares.
Quienes obtengan dicha información, podrán suplantar al dueño del teléfono y podrán acceder tanto a sus datos personales como bancarios. Además, detallan que es posible usar una aplicación camuflada (un troyano) que tomé la información de las huellas y la envíe a terceros.
Esta vulnerabilidad se detectó en algunos dispositivos Android. Actualmente, compañías como HTC, Samsung, Huawei, entre otras utilizan soporte de huella dactilar.
De acuerdo con el informe, el sistema TouchID de Apple es más seguro ya que el sensor cifra la información y es muy difícil decodificarlo. Sin embargo, algunos usuarios de iPhone y iPad aseguran que el sensor no es tan eficiente pues en ocasiones se deben realizar varios intentos para que el sistema reconozca la huella. Para estos casos la compañía recomienda borrarla y reprogramarla.
De hecho, en abril del presente año, tras la actualización de iOS 8.3, los usuarios reportaron problemas con el uso del Touch ID para autorizar compras en la App Store. En distintos foros en línea, varias personas comentaron que para autorizar una compra en la tienda de aplicaciones, el sistema solicitaba una contraseña y no hacía uso del sensor Touch ID (uno de los usos para el cual fue diseñado).
La compañía aseguró que el problema se resolvió, aunque en la página de soporte de Apple varios usuarios aseguran que el error persiste.
A pesar que los sistemas biométricos apuntan a posicionarse como las mejores barreras contra la ciberdelincuencia, nada está exento de ser atacado.