Un hacker y oficial naval estadounidense se implantó en una de sus manos un chip que tiene la capacidad de acceder a dispositivos con Android y no ser detectado por pruebas simples de seguridad.
Según publica el sitio Forbes, el aparato tiene una antena NFC (por sus siglas en inglés: comunicaciones de alcance cercano) que envía a los móviles una pregunta para abrir un link.
Si el usuario accede, se descarga un software malicioso que conecta al teléfono a una computadora remota.
El hombre es Seth Wahle, y contó que el chip se lo implantó un “amateur sin licencia” por unos 40 dólares, con la misma jeringa que utilizan para inyectarle unos aparatos similares a los animales.
El proyecto va a ser presentado en el HackMiami Conference 2015 para demostrar lo simple que es para un criminal “usar una herramienta así de poderosa”.
Wahle asegura que ese tipo de dispositivos no se detectan en los aeropuertos: “Tendrían que ponerme a través de una máquina de rayos x para verlo”, dijo.