En una presentación realizada por Alvin Cox de Segate, quien también ostenta la posición de ejecutivo en el Joint Electron Device Engineering Council (JEDEC), se pudo concluir que los SSDs pueden perder datos y corromperse en apenas una semana de desconexión, esto es, sin alimentación.
La explicación que subyace detrás de esto es que aunque los fabricantes utilizan estándares de hasta dos años de mantenimiento de datos en SSDs de consumo general, cifra confirmada por compañías como Samsung, la temperatura a la que están sometidos tiene un impacto muy grande.
No se me ocurre mejor forma de explicarlo que con un ejemplo sencillo. Un SSD de consumo general conservado a 30 grados tiene una capacidad de retención sin alimentación de 1 año, pero por cada cinco grados más de temperatura la cifra se reduce a la mitad.
Esto quiere decir que a 35 grados serían 6 meses y que a 40 grados se reduce a unos meros 3 meses. Teniendo en cuenta lo rápido que escala la temperatura en ciertas zonas es una información que debemos tener muy en cuenta.
Queda claro que para uso normal no debería ser un problema en la mayoría de los casos, pero en el caso de que necesitemos soluciones de almacenamiento a largo plazo los SSDs no son una buena opción.
Escrito por Isidro Ros para Muy Computer