Aproximadamente dos años atrás, Facebook fue el protagonista de diversos titulares luego de exponer por accidente información sobre más de seis millones de cuentas.
Luego que las víctimas del incidente fueran notificadas de los datos filtrados, algunos manifestaron su sorpresa al encontrar entre ellos correos alternativos o teléfonos que nunca compartieron a través deFacebook.
Los rumores sobre supuestos “perfiles sombras” comenzaron a circular en la red. En teoría, la red social almacenaba sin consentimiento datos que no se compartían con ellos.
Un estudio presentando por la Comisión de Privacidad en Bélgica confirmó esas sospechas y demostró que Facebook no solo viola las leyes europeas, sino también la privacidad de sus usuarios.
Facebook recopila información de sus usuarios mientras navegan en Internet, incluso cuando ya no están logueados, gracias a plugins sociales como el botón “Me gusta”.
Según las leyes europeas, cualquier página tiene que tener el permiso de sus usuarios antes de colocar cookies en los ordenadores y esta red social no es la excepción.
Sin embargo, Facebook no solo coloca cookies sin permiso, sino que estas interactúan con las de las webs por las que hemos navegados e incluyen sus plugins sociales cada vez que accedemos de nuevo a la red social.