El invento se llama Hairware, y se trata de extensiones de cabello indistinguibles de nuestro propio pelo que activan diferentes funciones con solo tocar el mechón correcto.
Los primeros pasos de Hairware los dio Katia Canepa Vega, de la Universidad Católica Pontificia de Rio de Janeiro. En 2013, esta investigadora logró crear un maquillaje con partículas que activaba un dron con solo guiñar un ojo. El sistema del maquillaje era muy espectacular, pero no muy conveniente o cómodo, así que Vega desarrolló una segunda versión, que son estas extensiones de pelo trenzadas con hebras capacitivas.
Las hebras están conectadas a un pequeño emisor Bluetooth escondido en un broche para el pelo. Todo el sistema se puede controlar desde una placa Arduino, y no sería complicado miniaturizarlo aún más. Al tocar la extensión, el broche envía una señal al móvil con la función que tengamos configurada.
Hairware se ha presentado esta misma semana en la conferencia de interfaces de usuario IUI 2015 celebrada en Atlanta.