La falta de medidas de privacidad pone en peligro los derechos humanos de los usuarios. Así lo ha mostrado Amnistía Internacional en la nueva clasificación de empresas, que atiende a la protección de la privacidad de los mensajes, y por la que ha evaluado a once empresas con las aplicaciones de mensajería más conocidas y su manera de usar la encriptación para proteger la privacidad y la libertad de expresión.
“Si creen que los servicios de mensajería instantánea son privados, prepárense para llevarse una gran sorpresa. La realidad es que nuestras comunicaciones están sujetas a la amenaza permanente de los ciberdelincuentes y del espionaje de las autoridades estatales”, ha afirmado el director del Equipo de Tecnología y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, Sherif Elsayed-Ali, en un comunicado.
“Las personas jóvenes, que son las más prolíficas compartiendo datos personales y fotografías a través de aplicaciones como Snapchat, están especialmente expuestas”, ha añadido Elsayed-Ali.
Amnistía Internacional ha recalcado que la encriptación de extremo a extremo, que es una manera de codificar los datos para que sólo el emisor y el receptor puedan verlos, es un requisito básico que deben cumplir las empresas tecnológicas para garantizar que la información privada transmitida mediante sus aplicaciones de mensajería sigue siendo privada. Las empresas que puntuaron más bajo en la clasificación no han implementado niveles aceptables de encriptación en sus aplicaciones de mensajería.
TENCENT Y SNAPCHAT, SUSPENSOS
La empresa china Tencent ocupa el último lugar de la clasificación, al obtener una puntación de 0/100; por tanto, se clasificó como la empresa que menos hace para proteger la privacidad de los mensajes y también la menos transparente. Snapchat, cuyo servicio utilizan diariamente más de cien millones de personas, también obtuvo una mala puntuación (26/100). Aunque tiene una política de firme compromiso con la privacidad, en la práctica no adopta medidas suficientes para proteger la privacidad de sus usuarios.
Ninguna empresa ofrece privacidad hermética, pero Facebook, cuyas aplicaciones Facebook Messenger y WhatsApp suman dos mil millones de usuarios, obtuvo la máxima puntuación, 73/100. De las once empresas evaluadas, Facebook es la que más utiliza la encriptación para responder a las amenazas para los derechos humanos, y la más transparente sobre las medidas que está adoptando.
Sin embargo, aunque incluye la opción de la encriptación de extremo a extremo con su nueva función ‘conversación secreta’, es una forma de encriptación más débil, lo que significa que Facebook tiene acceso a todos los datos. WhatsApp utiliza por defecto encriptación de extremo a extremo y se destaca por ofrecer información clara a los usuarios sobre la encriptación en la aplicación.
Apple puntuó 67/100, al ofrecer encriptación completa de extremo a extremo en todas las comunicaciones a través de sus aplicaciones iMessage y Facetime. Pero debe informar mejor a sus usuarios para que sepan que los mensajes SMS son menos seguros que los enviados a través de iMessage, según explica Amnistía Internacional. Además, consideran que la empresa debería adoptar un protocolo de encriptación más abierto, que permita su plena verificación independiente.
“El futuro de la privacidad y la libertad de expresión en línea depende en gran medida de que las empresas tecnológicas ofrezcan servicios que protejan nuestras comunicaciones o, por el contrario, las sirvan en bandeja a miradas entrometidas”, ha manifestado Sherif Elsayed-Ali.
Amnistía Internacional exhorta a las empresas a implementar de forma predeterminada la encriptación de extremo a extremo en sus aplicaciones de mensajería. Así, considera que ayudarían a proteger los derechos tanto de personas corrientes como de activistas pacíficos y minorías perseguidas en todo el mundo, permitiéndoles ejercer la libertad de expresión.
Además, desde la organización piden a las empresas tecnológicas que publiquen información detallada sobre las políticas y prácticas que han adoptado para asumir su responsabilidad de respetar el derecho a la intimidad y a la libertad de expresión.