¿Bonito? ¿Feo? ¿O del montón? Las aplicaciones móviles y sitios web para buscar pareja, como la estadounidense Tinder y la suiza Blinq, buscan responder esas interrogantes sobre el atractivo físico.
Y lo hacen usando las matemáticas. Específicamente, algoritmos que reúnen una cantidad determinada de datos y los entrecruzan hasta dar con una respuesta.
Para algunas de estas compañías, como Tinder y su competidora Bumble, los algoritmos que utilizan son como la receta de la Coca-Cola: un secreto preciado.
Es lo que hace que el perfil de una persona sea compatible con el de otra, para formar así una “potencial” pareja. Pero, ¿puede un algoritmo definir algo tan subjetivo como la belleza?
Del 1 al 10
Un grupo de investigadores de la Universidad de Zúrich (Suiza) trabajó con los responsables de la aplicación de citas a ciegas Blinq para crear un medidor de belleza.
El usuario entra a una página web llamada How Hot (cuán sexy en español), sube una fotografía y espera el veredicto final, que puede ser tan bueno como tan malo.
“Nuestro algoritmo se basó en 100.000 imágenes y en 20 millones de calificaciones de belleza de la aplicación Blinq. O sea, que los mismos usuarios definían quién les parecía atractivo y quién no”, explicó uno de los creadores, el estudiante de doctorado Rasmus Rothe.
El problema, admite Rothe, es que todos los datos eran de usuarios suizos, mientras que la página web está disponible para uso global.
Para que sea realmente aplicable a nivel mundial habría que preguntarles a grupos de todas las regiones del mundo qué consideran atractivo en una persona y qué no, señala el investigador.
Para la compañía OKCupid, una de las que acumula una trayectoria más larga en el mercado de citas en línea, no basta solamente con procesar las fotografías de sus usuarios para dar con la pareja perfecta.
Estos deben llenar una amplio formulario con preguntas sobre hábitos, preferencias, gustos y cualidades físicas que luego se entrecruzan en una fórmula matemática, indicó en una conferencia uno de sus fundadores, Christian Rudder.
“Las fotografías son subjetivas. Para medir el atractivo científicamente, las imágenes deben cumplir con unos parámetros de postura, cercanía y ángulo, y eso no siempre sucede”, le advirtió a BBC Mundo Brian Wong, cirujano facial de la Universidad de California en Irvine (EE.UU.), que ha realizado diversos estudios sobre la estética facial con el uso de la tecnología y algoritmos.
Muéstrame tu foto
Lo que menos se ve en los perfiles de los usuarios de estasaplicaciones son fotografías como las del pasaporte. Al contrario, son más comunes las imágenes de hombres y mujeres con lentes de sol, cara de lado y plano de medio cuerpo.
Eso dificulta que los algoritmos puedan medir la belleza tan solo en base a las fotografías.
“Estos servicios venden aspiraciones y estilos de vida, más que una noción concreta de cómo es una persona bella físicamente”, señaló Brian Wong.
“Antes para hacer un estudio sobre belleza había que juntar a un número limitado de personas en una habitación y hacerles preguntas. Ahora se puede consultar a millones”, agregó.
El especialista destaca que el atractivo físico ya ha sido definido por la ciencia y que tiene que ver con la capacidad reproductiva de ambos sexos.
“Sin embargo, el componente cultural y de consumo es importante para redefinir, así sea por una época, cómo se ve una persona bella”, concluyó.
Así que si crees que la aplicación que utilizas para tener citas te está incluyendo en la categoría de los feos, quizás no deberías preocuparte.