Samsung está enfrentando una de las crisis más públicas de su historia, tras anunciar el retiro de más de dos millones de unidades de su último smartphone, el Galaxy Note 7. Y según un reporte de un medio estadounidense, los orígenes de esta situación estarían -en parte, al menos- en su principal competidor, el iPhone.
Bloomberg Technology publicó un reporte donde asegura que los ejecutivos de Samsung escucharon que el iPhone de este año no tendría grandes innovaciones y que mantendría el diseño que el teléfono tiene desde hace un par de años, lo que interpretaron como una oportunidad para posicionarse por sobre el smartphone de Apple.
Ante esto, la compañía decidió acelerar el desarrollo del Note 7, un smartphone que usualmente es lanzado cerca de la renovación del iPhone y que desde el año pasado tiene su fecha de estreno un par de semanas antes. Esta vez se decidió apurar algunas nuevas funciones y lanzar el renovado Note 10 días antes que en 2015.
Entre los cambios está la inclusión de una batería considerablemente más grande: de 3.000 mAh se pasó a 3.500 mAh, sin que hubiera un cambio importante en el grosor del teléfono (se creció de 7,6 a 7,9 mm aunque en los bordes esto disminuye debido a los bordes curvos de la pantalla y la placa posterior).
Y ahí habría estado parte del problema que habría provocado las explosiones de las baterías, donde la presión interna sería mucha, generando un contacto de los polos positivo y negativo, generando un aumento de temperaturas que lleva a los problemas conocidos. Hasta ahora sólo en EE.UU. hay 92 reportes de incendios de estos smartphones.