Los taxistas mantienen una intensa lucha. Se trata de tener mejores equipos que el conductor rival para obtener más clientes. Hasta hace unos meses ese arsenal consistía en un sistema de radio mucho más potente y un carro en buen estado.
“Yo invertí 30 mil pesos en el sistema de radio, porque con una buena antena, la señal llega más clara y rápida, me ayuda a conseguir más servicios”, explica uno de los miles de choferes de Apolo Taxi. “Esta guagua tiene una batería que puede prenderte un camión y un filtro para extenderle la vida útil”.
Sin apoyo de gobiernos, los taxistas de la zona urbana de Santo Domingo han mejorado de forma paulatina la flotilla de vehículos que circula por la ciudad. Queda latente, no obstante, una importante cantidad de autos que pueden pasar por “carros públicos”.
Leoncio Ortega, operador de base de una de las compañías de taxis de Santo Domingo, percibe mayor exigencia del usuario. “Antes lo que te pedían era ‘con aire’ y uno podía enviar un carro más o menos y si tenía el aire acondicionado no había quejas; pero ahora los quieren ‘confortables’, que los represente”, cuenta.
Cuando la aplicación de celular de servicios de transporte Uber llegó al país en noviembre de 2015, encontró rechazo de los sindicatos del transporte y de compañías de taxis dominicanas. Nada distinto a lo que ha ocurrido en otros lugares. Pese a lo que se pueda pensar, en República Dominicana el rechazo fue mucho menos drástico que en otras latitudes.
Uber introdujo en el juego de los servicios de transporte de pasajeros a cualquier ciudadano con un vehículo, un teléfono inteligente y data para recibir y mandar señal. Desde entonces, sobre todo a partir de julio de este año, las compañías dominicanas de taxi han creado por lo menos unas 15 aplicaciones móviles: Apolo, Anacaona Taxi y Nacional Taxi, Aero Taxi, Taxi Edwin, Son Taxi, Taxi La Ruta, Taxi Rondón, Cacique Taxi, La Grande, Taxi Express, Eri Taxi, Rivers Taxi y Taxi Lope de Vega.