Primero llegó el mouse, luego la pantalla táctil y ahora la industria tecnológica busca una nueva interface entre humanidad y máquina, esta vez algo que hará de los headsets de realidad virtual algo tan convencional como las computadoras personales y los teléfonos inteligentes.
El hombre que inventó la tablet LeapPad para niños apuesta a que la aplicación esté delante del rostro: en los ojos.
La startup Eyefluence de Jim Marggraff ha desarrollado tecnología que sabe hacia dónde mira la gente y le permite manipular objetos tal como lo hacemos ahora mediante clics del mouse o la selección de un ícono.
Además de proporcionar una experiencia de mayor naturalidad e inmersión, el sistema está pensado para contribuir a aliviar las náuseas que sienten algunos usuarios de realidad virtual y mejorar la seguridad mediante escaneos del iris.
La mayor parte de los grandes fabricantes de headsets ha manifestado interés en licencias de la tecnología de su compañía de Milpitas.