Científicos estadounidenses han desarrollado un sensor que actúa como un parche o un ‘wearable’ sobre la piel y utiliza la propia energía calorífica que desprende el cuerpo humano como batería para funcionar.
Se trata de un pequeño aparato cuyo prototipo se presentó hace unos días en el CES 2016 de Las Vegas. Su función es la derecoger información de la hidratación de la piel del usuario que lo lleva puesto y enviarla a un ‘smartphone’ para ser consultada y registrada.
El sensor necesita de un ingrediente térmico para poder funcionar, lo cual lo obtiene de ese calor emanado en contraste con la temperatura del ambiente. Está fabricado en un material flexible, lo que permite que sea pegado a cualquier parte del cuerpo y se adapte perfectamente a ella.
Al tratarse de un dispositivo de unos siete centímetros cuadrados, la superficie no es precisamente grande, por lo que su producción se limita a 40 o 50 microvatios por cada uno de esos centímetros cuadrados. El intervalo de energía producida se debe a que la temperatura corporal de cada uno no es la misma, y el sensor necesita que haya una diferencia de tres grados entre la piel y el aire para poder ejercer su función al máximo, según explica el portal Spectrum. En aquellos momentos en los que el aire que le llega al sensor es mayor, como cuando se está corriendo, la energía producida es tres veces mayor, mejorando su eficiencia.
De momento, las pruebas del prototipo indican que es capaz de hacer funcionar un procesador de bajos recursosacompañado de sensores como acelerómetros, sensores de temperatura, de presión o, como ya se ha dicho, de hidratación. Aún no tiene suficiente potencia como para hacer funcionar una pantalla o un GPS.
La finalidad de este proyecto – conducido por científicos de una universidad de Carolina del Norte (ASSIST) – es que los ‘wearables’ no necesiten de una carga eléctrica y que los usuarios se los quiten para ello, sino que puedan cargarse con el propio calor corporal. Seguirán investigando para que el parche sea capaz de generar suficiente energía para encender la pantalla de aparatos como, por ejemplo, ‘smartwatches.