Hay veces que los «hackers» fracasan en sus intentos de robo. Bien porque la estructura que pretenden atacar es más robusta de lo que esperaban o por imprevistos. Sin embargo, hay veces que la ortografía puede jugar una mala pasada. Y eso es lo que le ha sucedido a uno de estos ciberdelincuentes.
Un error ortográfico en la instrucción a la hora de ordenar la transferencia bancaria ayudó a las autoridades a evitar el robo de cerca de mil millones de dólares al Banco Central Bangladesh el mes pasado. Así lo ha desvelado uno de los funcionarios de la banca, cuyo ataque se produjo desde su cuenta en la Fed, es decir, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Y es que el ciberdelincuente, que debía ordenar la transferencia a la Fundación Shalika, que se escribe en inglés «Foundation Shalika», escribió «Fandation Shalika».
A pesar del error, los «hackers» sí consiguieron robar cerca de 100 millones de dólares, lo que supone uno de los mayores robos bancarios de la historia. No ha sido hasta esta semana cuando el Banco de Bangladesh ha denunciado el hecho del que fue víctima el pasado 5 de febrero
Según las primeras investigaciones, el ataque de los piratas informáticos, posiblemente de China, consistía en realizar varias transferencias a diferentes cuentas en distintos países asiáticos desde la cuenta en la Fed por valor de unos 100 millones de dólares, de los que 81 siguen fuera de control en cuentas de Filipinas.
Los ciberdelincuentes violaron los sistemas del Banco de Bangladesh y robaron sus credenciales para poder realizar las diferentes transferencias de pago. A continuación, bombardearon el Banco de la Reserva Federal de Nueva York con casi tres docenas de peticiones para mover el dinero de la cuenta del Banco de Bangladesh a Filipinas y Sri Lanka.
Tras cuatro órdenes, por un valor de 81 millones de dólares, llegó la quinta por valor de 20 millones. En ese momento, el hacker debía ordenarla el traspado a la ONG, sin embargo se confundió al escribir mal el nombre de la supuesta organización sin ánimo de lucro de Sri Lanka. Fue cuando saltaron todas las alarmas.
A partir de ese momento, los piratas se dieron cuenta de que ya no podían ejecutar su plan al completo: aún les quedaba por ordenar transferencias por un montante de unos 870 millones de dólares. Todas ellas fueron abortadas.
El Banco de Bangladesh continúa trabajando por recuperar parte del dinero robado aunque en realidad tiene pocas esperanzas de conseguirlo o de poder localizar a los «hackers» que se esconden tras este ataque. Además, culpa a la Fed de no detectar el robo y detener, por tanto, las operaciones. La entidad de Nueva York, sin embargo, ha asegurado que sus sistemas no se rompieron.