Un equipo de expertos en privacidad y empresas de tecnología formado por el gobierno del presidente estadounidenses Barack Obama presentó unos protocolos para el empleo de drones de forma poco intrusiva.
Se trata recomendaciones voluntarias, pero algunas compañías con intereses en el debate esperan que el protocolo evite regulaciones más duras que temen pudieran sofocar la industria de dispositivos aéreos tripulados cuando aún da sus primeros pasos.
Cabe resaltar que las organizaciones de noticias están exentas de las recomendaciones para respetar la libertad de prensa.
Los defensores de los drones señalan que pueden ofrecer enormes beneficios, desde inspeccionar tendidos eléctricos a entregar medicamentos en zonas remotas. Google y Amazon quieren utilizarlos en repartos. Además, unos precios en declive han popularizado los drones entre aficionados.
La Administración Nacional de Información y Telecomunicaciones, dependiente del Departamento estadounidense de Comercio, presentaron esta semana su guía de buenas prácticas, que cuenta con el respaldo de fabricantes de drones, Amazon y otras empresas de tecnología y minoristas, así como defensores de la privacidad. Las sugerencias van dirigidas tanto a las naves particulares como a las de uso comercial.
Algunas de las muchas recomendaciones:
1) Los operadores no deben volar sus drones sobre propiedad privada sin autorización del propietario.
2) Deben alertar a la gente en la zona con antelación cuando esto sea práctico, y explicar el propósito del vuelo.
3) A menos que haya una necesidad imperiosa, los operadores no deben volar un dron en un lugar donde otra persona tenga una expectativa razonable de privacidad, y no debe utilizarse un dron para seguir a alguien de forma continuada.
4) No utilice información obtenida por drones para tomar decisiones sobre contratación, crédito o elegibilidad para recibir atención sanitaria.
5) No utilice información personal con fines publicitarios sin consentimiento del individuo.
6) La información obtenida con drones no debe conservarse más de lo razonablemente necesario, aunque pueden hacerse excepciones por disputas legales, motivos de seguridad o con permiso de la persona observada.
En Estados Unidos hay unos 5.600 drones registrados con fines comerciales, y unos 450.000 aficionados han registrado al menos un dispositivo, según cifras de la Administración Federal de Aviación. Su popularidad se ha disparado en el último año aproximadamente, lo que acumuló presión sobre industria y defensores de la privacidad para que se pusieran de acuerdo sobre las recomendaciones de uso.
Varios medios de comunicación estuvieron representados en las conversaciones que llevaron al texto y lograron una excepción. Los protocolos señalaron que los medios deben poder utilizar dronesigual que tecnologías equivalentes a aviones y helicópteros, para registrar información en espacios públicos siempre que sigan sus políticas éticas y las leyes federales y estatales.
-Los que están en contra-
Cuatro empresas, incluida GoPro, cuyas cámaras se colocan en muchos drones, y el fabricante DJI rechazaron firmar las recomendaciones. Kara Calvert, portavoz de las empresas, dijo que no hay guías similares para las cámaras de seguridad ni para personas con cámaras subidas a escaleras o tejados. Los usuarios de drones no tendrían por qué afrontar normas más duras, afirmó.
Por su parte, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) se opuso a las cláusulas que indican que los operadores pueden ignorar en ocasiones las recomendaciones si tienen una “necesidad imperiosa” o consentimiento “implícito” de personas.
“¿Qué significa eso?”, preguntó Jay Stanley, analista de privacidad de ACLU. “Esa clase de lenguaje escurridizo está por todo el documento”.
Fuente: AP