Durante los últimos años, científicos de todo el mundo han estado estudiando formas de usar robots en miniatura para tratar mejor una serie de enfermedades. Esos robots están diseñados para entrar en el cuerpo humano, donde pueden suministrar fármacos en puntos internos muy específicos o realizar operaciones precisas como despejar arterias obstruidas. Reemplazando a la cirugía tradicional (realizada esencialmente desde fuera), invasiva y a menudo complicada, tales robots podrían optimizar la medicina.
El equipo de Selman Sakar, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Suiza, ha desarrollado un método simple y versátil de construir tales robots de inspiración biológica y dotarlos de características avanzadas. Sakar y sus colegas crearon también una plataforma para probar diversos diseños del robot y estudiar distintos modos de locomoción. Su trabajo ha conducido al diseño de microrrobots reconfigurables complejos que pueden ser fabricados en cantidades industriales. Construyeron una plataforma de manipulación integrada que puede controlar de forma remota la movilidad de los robots con campos electromagnéticos, y causar que cambien de forma usando calor.
A diferencia de los robots convencionales, estos microrrobots son blandos, flexibles y carentes de motores; parecen bacterias y se mueven como ellas. Están hechos de un hidrogel biocompatible y de nanopartículas magnéticas. Estas nanopartículas tienen dos funciones. Proporcionan a los microrrobots su forma durante el proceso de fabricación, y los hacen moverse cuando se aplica un campo electromagnético.