A inicios de septiembre YouTube cambió sus políticas para la monetización de videos de los usuarios que participan en su Programa de Obtención de Ingresos.
Las nuevas reglas del juego indican que los youtubes serán “calificados” y pagados de una forma totalmente distinta a como lo habían hecho antes. Por ejemplo, no se les pagarán por videos que contengan contenido inadecuado para los anunciantes, escenas de carácter sugerente, violencia, lenguaje inapropiado o temas controvertidos, entre otras cosas.
De acuerdo con Sara de Lille, analista Senior de la Agencia BigFoot, los youtubers continuarán con su contenido, pero ahora de una manera más auténtica. Debido a estos cambios, tendrán que diversificar la forma en que monetizan y podrían recurrir a otras plataformas.
La experta señala que no abandonarán la plataforma, sólo deberán ser más creativos al momento de monetizar. Actualmente varios youtubers son bastante conocidos, por lo que cuentan con una base de fans muy grande que los seguirá.
“Creemos que conforme se suman más marcas hay mayor presión dentro de los contenidos que, aunque no son tal cual ‘brandeados’, sí representan la imagen del producto al anunciarse antes de reproducir cada video”, comenta la analista.
¿Las marcas son las que mandan?
Sara de Lille señala que YouTube ahora es un medio más, y por lo tanto, tiene la presión de las marcas que quieren cuidar su imagen, el mensaje con el que se les vincula.
No hay que olvidar que la plataforma de video de Google es un negocio: las marcas pagan por tener presencia ahí, parte de ese pago es el que monetizan los Youtubers por las vistas de su contenido; al final, son las mismas empresas las que impulsan videos de sus productos pero con “un contenido limitado en cuanto a lenguaje y mensaje”.
En pocas palabras, todos se benefician y lo lógico que es las marcas cuiden el lugar donde se presentan sus productos.
“Deberán encontrar el punto medio donde marcas y creadores de contenido puedan trabajar en conjunto”, señala.
Los fans enojados
De un lado YouTube necesita de los creadores de contenido y de los fans para existir (en buena parte); por otro, si se bajan los videos sería censura.
Sin embargo, la plataforma “sólo pide que los usuarios ingresen a su cuenta para poder ver esos contenidos”, comenta De Lille. El único cambio es que ya no permite la monetización como antes.
Los afectados no son tanto los fans, “los Youtubers que quieran seguir tendrán que encontrar otra forma de hacer dinero”.
Al final, el cambio ya se está dando, los usuarios de la Generación Z migra a otras plataformas de video como Snapchat o Instagram.