Porfirio Gil repite, casi como un refrán, el informe del tiempo que escuchó por la radio. Prefiere este medio para informarse, porque en la televisión no encuentra nada, -dice-. Sabe que lloverá mucho pero, reconoce que no hizo previsiones ante o que pueda pasar.
Ángel Fernández, por su lado, le da seguimiento a los fenómenos meteorológicos por radio, televisión o prensa escrita. Y ahora, una gran cantidad de dominicanos usan sus redes sociales, sobre todo los grupos de whatsapp para estar enterados.
Los mensajes llegan desde los propios organismos de socorro que alertan sobre las incidencias del clima y los usuarios de telefonía móvil los comparten entre sus grupos familiares, de amigos o de trabajo.
Eso hace Francisco Francisco, quien sigue paso a paso los efectos del huracán Matthew desde su teléfono. Pero, como la tecnología no abarca a todos, existen otros que, como Víctor Marrero, se guían por las olas del mar.
Marrero salió en la mañana de ayer desde su vivienda en Los Jardines, hasta el Malecón para observar las olas y determinar la fuerza del huracán Matthew que se localizaba próximo a Jamaica y causaba lluvias en el país y el vecino Haití.
“No va a pasar nada” concluyó. “Cuando el huracán David (1979) las olas del mar llegaban hasta el otro extremo de la avenida (George Washington)”. El señor salió resuelto de que no tendría que tomar ninguna medida preventiva.
Su actitud refleja lo que el director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), Juan Manuel Méndez, califica del escepticismo de la mayoría de los dominicanos.
“El COE ha podido lograr una gran empatía con la población, en el sentido de que se escucha la alerta y están pendientes, pero todavía falta mucha educación, pues la gente es muy apegada a lo material”.
Además de negarse a salir de sus casas y dejar sus bienes, Méndez García señala que la gente no responde a la alerta si ve que hay sol, y que sólo unos cuantos se preparan para la eventualidad.