El gigante electrónico de Corea del Sur, el mayor vendedor de teléfonos inteligentes en el mundo, dijo que el 93% de los Galaxy Note 7 en Estados Unidos ha sido devuelto a la compañía, pero algunos usuarios no se han acogido al programa puesto en marcha por la firma para la recogida del terminal por comodidad o porque lo consideran un buen aparato.
Pero forzar la retirada de los terminales que aún continúan en circulación, la compañía lanzará una actualización del sistema el próximo día 19 de diciembre que será distribuida durante 30 días. Al descargarla se impedirá recargar los aparatos “y se elimina su capacidad para funcionar como dispositivo móvil”, señaló Samsung.
La firma aclaró que la aplicación de esta decisión se hace “en cooperación con la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo y en colaboración con distribuidores y minoristas”.
Casi 2,5 millones de móviles retirados
La compañía retiró cerca de 2.5 millones de Galaxy Note 7 de diez mercados cuando surgieron las primeras quejas en septiembre pasado de que las baterías de litio explotaban o se incendiaban durante la recarga. Posteriormente, volvió a lanzar el terminal supuestamente arreglado pero tuvo que dar marcha atrás y suspender definitivamente la producción y distribución del Note 7 el 11 de octubre pasado cuando volvieron a aparecer casos de que teléfonos de reemplazo que también se incendiaban.
La firma surcoreana lanzó entonces una campaña de recogida de todos los terminales comercializados, con la opción de reembolsar el dinero o sustituirlo por otro terminal de la marca de alta gama. Al menos 1,9 millones de teléfonos fueron vendidos en Estados Unidos, donde las autoridades, como en otros países, prohibieron el dispositivo en aviones e incluso en equipajes facturados.
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