Los niños usan internet para dos cosas principalmente: para jugar y navegar por las redes sociales. Sin embargo, no hay de qué preocuparse si el pequeño pasa más tiempo jugando que navegando en Facebook o subiendo fotos a Instagram. Según el estudio «El uso de internet y los resultados educativos entre los estudiantes australianos 15 años de edad», realizado por expertos de la Universidad RMIT en Melbourne (Australia) y publicado en el «International Journal of Communication», los adolescentes que suelen jugar a videojuegos online obtienen mejores notas en el colegio, mientras que los que utilizan Facebook o chats a diario son más propensos a quedarse atrás en matemáticas, lectura y ciencias.
El estudio nace a raíz de la creciente preocupación del tiempo que pasan los menores en las redes sociales y jugando en internet para averiguar hasta qué punto estas actividades pueden influir en el rendimiento escolar en dichas áreas.
«Los resultados sugieren que el uso de las redes sociales reduce el rendimiento académico. Por el contrario, jugar a juegos en línea aumenta puntuaciones», asegura el informe, que recoge también cómo los menores que utilizan Facebook y demás redes tienden a sacar peores puntuaciones. «Por el contrario, el análisis muestra que aquellos alumnos que participan en videojuegos online obtienen puntuaciones más altas en las pruebas PISA en todas las materias».
Las pruebas del estudio, realizadas sobre los resultados de PISA de más de 12.000 adolescentes australianos desde 2012, desvelaron que los estudiantes que cada día jugaban a algún juego obtenían una puntuación de 15 puntos por encima de la media en matemáticas y 17 puntos por encima de la media en ciencia. «Los videojuegos en los que hay que ir resolviendo puzles para pasar al siguiente nivel implican algunos conocimientos generales y aptitudes en matemáticas, lectura y ciencias», recalca el informe.
Por el contrario, los que pasaban su tiempo en Facebook o chats demostraron ser más propensos a quedarse atrás en matemáticas, lectura y ciencias. De hecho, los escolares obtenían 20 puntos menos en matemáticas.
Ante estos resultados, los expertos concluyen que tanto padres como profesores «deben ser conscientes de que hay una cierta evidencia del potencial de los videojuegos online para poder impactar de forma positiva en el adolescente» aunque recuerdan que «los videojuegos violentos pueden ser perjudiciales», tal y como concluyó otro estudio (Greitemeyer y Mügge, 2014) en el que los autores «encontraron que los niños que juegan videojuegos violentos son más propensos a volverse violentos» en el tiempo.
Aún así, consideran que es importante que el Gobierno invierta en este sentido y sugieren a los profesores incorporar los juegos online en las clases con el fin de reconocer los factores que podrían tener un impacto importante en el progreso de los adolescentes, ya que, tal y como han recordado, repetir un curso académico o faltar a la escuela todos los días podría ser «tan malo o peor» que tener puntuaciones bajas por usar las redes sociales.