En una entrevista que ha concedido recientemente al medio estadounidense The New York Times, el por ahora presidente electo Donald Trump ha asegurado haber recibido llamadas teléfonicas tanto del Director Ejecutivo de Apple, Tim Cook, como del cofundador de Microsoft, Bill Gates. Según él, las llamadas llegaron justo tras haber ganado las elecciones estadounidenses, a principios de este mes.
En un discurso que Donald Trump realizó en Virginia a principios de 2016, el empresario señaló que quería conseguir que ‘Apple empiece a construir sus malditos ordenadores y cosas en este país, en lugar de en otros países’. Señaló directamente a la empresa de la manzana mordida, lanzándole lo que para esta podría llegar a ser un dardo envenenado. Parte de los beneficios que tanto esta empresa como otras tantas obtienen, provienen de los bajos costes de producciónque tienen en países como China o Vietnam; pasar a producir en Estados Unidos le saldría bastante más caro, y sus márgenes de beneficio se verían bastante reducidos.
Pero eso no es lo que le interesa a Trump. Él vería como un ‘logro real’ que Apple pasara a fabricar todos sus productos en su país, puesto que implicaría que Apple pagaría las tasas en Estados Unidos, y los trabajadores serían residentes estadounidenses.
Una llamada teléfonica entre Tim Cook y Donald Trump
‘Recibí una llamada de Tim Cook, de Apple, y le dije: ‘Tim, sabes que una de las cosas que será para mí un logro real será cuando consiga que Apple traiga una gran planta de producción a Estados Unidos, o muchas grandes plantas, en lugar de ir a China o a Vietnam, a donde tú vas”, declaró Trump al medio The New York Times. Según el presidente electo, el CEO de Apple no se anduvo con rodeos y le señaló que entendía su posición y su actitud.
Trump se ha mostrado realmente muy confiado, y cree que Apple recurrirá a fabricar en Estados Unidos en un futuro. Sobre todo porque está dispuesto a ofrecer a la empresa fabricante de los iPhone un incentivo económico importante, empezando por un ‘recorte de impuestos muy grande’ y continuando con ‘recortes sustanciales de regulación’ para todas las corporaciones.
El presidente electo contó así como había sido su conversación con Cook, señalando que le dijo
Creo que vamos a crear incentivos para ti, y que tú vas a hacerlo. Vamos a pedir un recorte de impuestos muy grande para las corporaciones, que te hará sentir muy feliz
Trump sabe perfectamente que esto no deja de ser un problema económico; Apple gana mucho más dinero fabricando en China o Vietnam, y por eso no quiere llevar la producción a Estados Unidos. Por mucho que Cook haya declarado que va más allá del dinero, y que confía plenamente en la mano de obra que hay en estos países, especializados en la industria, es obvio que todo se reduce a los márgenes de beneficios que quiere mantener la compañía.
Vamos a pedir grandes recortes de impuestos, tenemos que deshacernos de las regulaciones, porque las regulaciones lo están haciendo imposible. Independientemente de si usted es liberal o conservador, podría sentarse y, al mostrarle las regulaciones, cualquier persona estaría de acuerdo en que son ridículas. Las empresas no pueden, ni siquiera, comenzar; no pueden expandirse, se están ahogando
Hace unos días, se supo que Apple había pedido a uno de sus proveedores taiwaneses, Foxconn, que estudiara la posibilidad de trasladar toda la producción de los iPhone a Estados Unidos. El presidente de Foxconn, Terry Gou, no se mostró entusiasmado con este cambio, puesto que los costos de producción serán allí inevitablemente más altos que en China. Si Trump continúa presionando, probablemente Apple no tenga más remedio que ceder para evitar problemas mayores (como tasas de impuestos más altas), y habrá que ver cómo se desenvuelve entonces. Quién sabe si, en unos años, tendremos iPhone ‘made in Estados Unidos’.