Apple decidió explorar desde 2013 nuevos territorios, cuando rompió con su modus operandi de un iPhone de cuerpo metálico poniendo en el mercado el modelo 5c(en la foto), un teléfono con carcasa de policarbonato plástico de vivos colores, con las mismas prestaciones del iPhone 5 de 2012 y enfocado a la gama media.
El 5c no llegó a tener la relevancia del iPhone 5s, la estrella del catálogo de ese año y tampoco tuvo continuidad.
Apple no ha lanzado un nuevo modelo con carcasa de plástico o enfocado al mismo segmento del mercado desde entonces.
La situación podría cambiar este año: rumores publicados en medios especializados apuntan que la compañía de la manzana podría sorprender con un nuevo teléfono de cuatro pulgadas de pantalla, más pequeño que los actuales iPhone 6s y 6s Plus.
El celular se lanzaría en la primavera boreal en lugar de esperar al tradicional evento de otoño en el hemisferio norte en el que suele presentar sus novedades en telefonía.
El nuevo teléfono, que podría llamarse iPhone 5e, sería una versión actualizada del iPhone 5s, con el mismo diseño que la actual línea de telefonía de la empresa de Cupertino pero con algunos de los avances que llegaron a lo largo de los dos últimos años, como el lector de huellas dactilares TouchID, soporte para LTE y ApplePay, el procesador A8 y una cámara de ocho megapixeles de resolución.
Usaría la misma carcasa de aluminio de los modelos iPhone 6s y 6sPlus y estaría disponible en los mismos colores, incluido el reciente oro rosado.
El teléfono se convertiría en la nueva gama de entrada al catálogo de la compañía, un teléfono de menores prestaciones pero también algo más barato que Apple podría enfocar sobre todo al mercado asiático, fundamentalmente China e India.
El lanzamiento podría coincidir con el año nuevo chino que este año se celebra a mediados de febrero.
Es un periodo equivalente a la Navidad en Occidente, el momento del año en el que es tradicional hacer regalos a familiares y amigos.
Para Apple un nuevo modelo de iPhone a un precio más asequible durante esas fechas podría suponer un significativo impulso en ventas en un año que se espera frío para las ventas de smartphones.
Tras varios años con crecimientos de dos dígitos, los fabricantes podrían cerrar 2016 con números muy similares, o incluso menores, a los de 2015.