Aunque la nueva consola será más pequeña que la original, sus mandos sí que mantendrán el tamaño y la distribución clásica de los botones, lo que permitirá “revivir la experiencia de los 90”, asegura Nintendo.
Esta nueva versión llega meses después del lanzamiento de la Mini NES, en noviembre del año pasado, que logró unas ventas de unos 2,3 millones de unidades hasta marzo de 2017, aunque Nintendo cesó su producción en abril.
En 1995, la compañía dejó de fabricar las versiones americana y europea del aparato, tras vender más de 49 millones de unidades en todo el mundo, y también de producir y licenciar software para el mismo.