Una semana después de criticarla duramente, un grupo formado por importantes firmas de tecnología norteamericanas, entre ellas, Apple, Alphabet (Google) y Microsoft, han anunciado la presentación de una denuncia ante la justificia en contra del veto de entrada a los ciudadanos de varios países decretado por el presidente de EE.UU. Donald Trump.
En el texto, los gigantes de la tecnología argumentan que esta normativa, paralizada por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco (California), «inflige un importante daño a los negocios estadounidenses». La denuncia incluye otras firmas de tecnología como Facebook, Twitter e Intel, así como compañías no tecnológicas como Levi Strauss y Chobani. En total unas cien marcas, entre las que se incluyen los servicios eBay, Netflix y Uber.
El escrito, firmado por 97 compañías, fue presentado el domingo ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos, en San Francisco (California). Se trata de una acción poco frecuente por parte de los grandes grupos tecnológicos y demuestra «la profundidad de la animosidad hacia la prohibición de Trump» en Silicon Valley, meca de las empresas tecnológicas.
La prohibición temporal de inmigración de Trump, el movimiento político más controvertido de sus primeras dos semanas como presidente, se enfrenta a una serie de obstáculos legales de gran relevancia. Las tecnológicas argumentan que la normativa se desvía de los principios de equidad e igualdad que han gobernado el sistema de inmigración de los Estados Unidos durante más de cincuenta años. «Los inmigrantes o sus hijos fundaron más de 200 de las compañías de la lista Fortune 500», reza el documento.
El escrito de Silicon Valley, un eje de innovación donde la inmigración se considera un elemento central de la identidad de las tecnológicas, se produce además tras una semana de protestas en todo el país contra el decreto. De hecho, las firmas tecnológicas estadounidense se han unido para criticar duramente la política de Trump, dado que muchos de sus empleados son extranjeros residentes en EE.UU.