Wiley Day descansaba tranquilamente en su casa ubicada en Huntsville, Alabama, la noche del 22 de marzo. De un momento a otro, 110 voltios de electricidad recorrieron su cuerpo, dejándole quemaduras en el cuello y dándole el susto de su vida.
El hombre, de 32 años de edad, puso a cargar su iPhone y luego lo guardó debajo de su almohada. Lamentablemente, llevaba puesto un collar de metal que, al hacer contacto con uno de los terminales del cable, terminó funcionando como conductor y luego lo electrocutó.
Una sobrina de Day lo escuchó gritar. Al entrar en su habitación lo encontró retorciéndose en el piso. De alguna forma, la joven logró desconectar el cargador que estaba unido a una extensión de la cual salía humo.
Este descuido le dejó quemadas de segundo y tercer grado; no obstante, expertos consultados por el Washington Post afirman que corrió con suerte pues una persona puede morir al recibir una descarga de 100 voltios.
Según aseguró Day al diario estadounidense, lo que sintió cuando se produjo el corto fue “lo más misterioso, oscuro y demoníaco que he podido experimentar”.