El fundador de Oculus, Palmer Luckey, la compañía de realidad virtual que compró Facebook en 2014 por 2.000 millones de dólares ha abandonado la compañía.
Aunque ni desde la compañía ni el propio Luckey han explicado los motivos del abandono de su puesto actual, todo apunta a que la salida de Facebook se debe al supuesto apoyo del emprendedor a una organización pro Donald Trump.
Dicha organización, se encargó de popularizar una serie de montajes virales (memes) con Hillary Clinton y un mensaje que rezaba Too big to jail (demasiado grande para encarcelar) el pasado septiembre.
Entonces, cuando su nombre comenzó a relacionarse con esta organización, Luckey se defendió asegurando que ese tipo de acciones no representaban sus opiniones. Sin embargo desde entonces su papel dentro de la compañía comenzó a ponerse en entredicho por el perjuicio que podía haber causado a la reputación de la empresa de realidad virtual.
Oculus ha explicado que “se echará mucho de menos a Palmer. Su herencia se extiende mucho más allá de Oculus. Su espíritu inventivo ayudó a arrancar la revolución moderna de la realidad virtual y la construcción de una industria. Agradecemos todo lo que hizo por Oculus y VR, y le deseamos lo mejor”.
Tras el caso de ZeniMax
Más allá del supuesto apoyo de Luckey a Donald Trump, Facebook recibió el pasado febrero un varapalo judicial que le obligaba a pagar 500 millones de dólares al desarrollador de videojuegos ZeniMax.
El tribunal otorgó la razón a Zenimax, que defendía que desarrolló mayoritamente el software y el hardware de las gafas de realidad virtual, un avance que obtuvo Oculus gracias al “fichaje” de uno de sus empleados estrella y robó posteriormente su propiedad intelectual.
Desde Zenimax aseguraban que la red social conocía esta disputa sobre los derechos autor de la tecnología cuando compró la firma de realidad virtual por 2.000 millones de dólares.