Navegadores como Chrome o Microsoft Edge ofrecen el modo de navegación de incógnito o privado. Y muchos cibernautas utilizan esta opción pensando que de este modo resguardan por completo su privacidad. Pero lo cierto es que esta opción no tiene todos los beneficios que se le suele atribuir.
De acuerdo con una encuesta que realizó DuckDuckGo en Estados Unidos, cerca de la mitad de los 5.000 usuarios consultados utilizó esta modalidad al menos una vez.
A su vez, el 30% dijo emplearla a diario y cerca del 25% recurre a esta alternativa, al menos, una vez por semana. El principal motivo para hacerlo es realizar búsquedas que se consideran vergonzosas.
También lo hacen cuando quieren llevar adelante consultas sobre fianzas, buscar sugerencias, realizar compras o simplemente porque están empleando computadoras públicas.
Pero lo más interesantes es que cuando se les preguntó sobre los beneficios del modo incógnito, el 76% de los entrevistados no pudo identificar correctamente cuáles eran.
Algunos de los errores más frecuentes es creer que los sitios que visitan no puedan identificar al usuario, que no ven su IP o que el gobierno no sabe a qué web ingresan.
En realidad, al iniciar una sesión de navegación privada, lo único que se impide es que el navegador guarde actividad relacionada a los sitios que se visita.
Se evita que se almacene esa información en el historial de navegador, y tampoco se guardan cookies ni búsquedas.
Sin embargo, no se impide que otras fuentes, como el proveedor de servicios, el empleador o los mismos sitios web que se navegan, registren los movimientos del usuario, tal como se menciona en Chrome.
Vale mencionar que aunque las cookies habituales se borran, se pueden almacenar en plugins como Flash, incluso cuando se utiliza el modo privado.
Si en realidad se quiere ganar en privacidad, es mejor optar por usar una VPN, que permite que se envíe y reciba data sobre computadoras públicas como si se tratase de una red privada.
Esto es posible gracias a que se genera una conexión punto a punto mediante conexiones cifradas o dedicadas.
Por eso, la próxima vez que se recurra al método de navegación privada hay que tener en cuenta que no es una vía de escape de la matrix.
Tampoco se logra escapar del Gran Hermano con la VPN ni con los navegadores como Tor. Está visto que la dark web no es ni tan oscura ni tan profunda como se cree. Todo puede salir a la luz,tarde o temprano.
Lo único que se logra con estos otros métodos es complejizar un poco más la tarea de quien quiera obtener los datos del usuario o, en el mejor de los casos, minimizar las chances de que la privacidad sea vulnerada del todo.