Durante las últimas décadas la tecnología basada en computación ha adquirido una importancia capital en la vida de millones de personas, siendo la programación un terreno fértil para el conocimiento que muchos suelen pasar por alto.
Desde el mundo tecnológico han surgido numerosas voces que claman que debería tratarse de un elemento esencial de la formación escolar, aunque muchos, quizás por poca información, mantengan su escepticismo acerca de la utilidad práctica de este conocimiento.
¿Qué es la programación?
En términos sencillos, se puede decir que programar es darle instrucciones y enseñarle a una computadora a hacer algún tipo de operación.
Casi todos los sistemas modernos de uso cotidiano, desde las aplicaciones móviles de su smartphone, hasta el mismo hecho de que usted esté leyendo esta nota, tienen el hilo común de tener la intervención crucial de un programador.
“Programar es una de las pocas cosas en el mundo que puedes hacer estando completamente sentado, pero creando algo completamente nuevo desde la nada. Ya sabes, cualquier cosa que quieras”, señaló hace algunos años Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y uno de los grandes promotores de la difusión de este conocimiento entre los niños.
En la misma línea –aunque algo más rudo– se mantiene Gabe Newell, fundador de Valve y de Steam, la tienda de videojuegos en formato digital más grande de Internet. “Cuando programas, le estás enseñando a la cosa posiblemente más estúpida del universo entero, una computadora, cómo hacer algo”, dice Newell.
Beneficios
Quienes defienden la enseñanza de la programación sostienen que esta es un lenguaje universal que permite comunicarse con cualquier persona del mundo.
“Si fuera un escolar de 10 años, creo que sería más importante aprender a programar que aprender inglés”, señaló recientemente Tim Cook, el director ejecutivo de Apple. “Es un lenguaje con el que te puedes comunicar con 7.000 millones de personas en todo el mundo”, añadió durante una entrevista en Francia.
El dominio de la programación permite entender de qué manera un ordenador “piensa” al ejecutar un programa. Con el conocimiento básico, un niño será capaz de razonar de forma más profunda y de encontrar caminos distintos para la solución de un problema.
Los defensores de la implementación de esta disciplina en la enseñanza pública sostienen que no se trata de algo complejo como muchos podrían pensar. Únicamente se requiere un conocimiento elemental de las herramientas y perder el miedo.
Esto abre las puertas a que sean los mismos menores quienes creen herramientas informáticas para dar solución a los hechos de la realidad con los que se topen.
La aplicación más evidente está en el llamado “pensamiento computacional”, que se basa en la resolución de diversas problemáticas mediante algoritmos que brindan una solución sistemática y ordenada para hechos concretos.
Diversas disciplinas no necesariamente ligadas a la informática o las ciencias de la computación hace cada vez mayor uso de este enfoque y entre estas se encuentran la música, la medicina, la historiografía y la lingüística, por citar algunos casos.
En el mediano plazo se espera que esta forma analítica de ver la realidad se convierta en una constante en el mundo laboral.
Mercado
La organización sin fines de lucro Code.org, que promueve la enseñanza de esta disciplina, estimaba hace unos años que, a fines de esta década e inicios de la siguiente, solo en Estados Unidos habrá una demanda de 1,4 millones de profesionales informáticos.
Visitando una realidad más cercana, en Argentina se estima que anualmente quedan vacantes unos 5.000 puestos de trabajos relacionados a la programación y más del 50% de las empresas tecnológicas admite tener problemas para encontrar personal calificado en el área.
En el caso peruano, los programadores de aplicaciones basadas en PC o móviles ya se encuentran entre los perfiles más buscados a nivel corporativo. Según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Latinoamérica necesitará aproximadamente 1,25 millones de programadores hacia el año 2025.