Amediados del siglo pasado, la visión del año 2000 estaba poblada de autos aéreos. Ya no iríamos a trabajar en un sedan, sino en un coche que surcaría los cielos mucho más rápido. Este vaticinio al mejor estilo de Los Supersónicos nunca se cumplió. Pero eso podría estar empezando a cambiar.
Aparte del dron-taxi chino que se estrenará en junio en Dubai, la compañía alemana Lilium anunció que completó el primer vuelo de una versión de dos plazas de su taxi aéreo eléctrico. El vehículo es capaz de despegar y aterrizar verticalmente (es, en esencia, un gigantesco dron, aunque no parece un dron) y puede también de volar como un avión, gracias a la sustentación que le proporcionan sus alas.
Tiene una autonomía de 300 kilómetros y vuela a 300 kilómetros por hora; es decir, podría llevar pasajeros de Londres a parís en poco más de una hora. En los planes de Lilium está el crear una nave de las mismas características, pero de 5 plazas, y aspira a proporcionar un servicio de taxis aéreos on demand.
Según la compañía, que ha logrado resolver complejos problemas de ingeniería, podría ofrecer viajes al mismo precio que los coches convencionales, pero a velocidades cinco veces mayores. Lilium no es la única empresa que va detrás de este negocio; entre sus competidores hay desde colosos como Airbus hasta nuevos emprendimientos como eVolo, AeroMobil y Terrafugia.
Lilium fue fundada por cuatro graduados de la Universidad Técnica de Munich y uno de sus principales inversores es nada menos que Niklas Zennstrom, creador de Skype junto con Janus Friis.