Es una de las creencias más extendidas es que los teléfonos móviles pueden afectar al funcionamiento de las tarjetas de crédito, en concreto a su banda magnética. Según la creencia popular, el teléfono puede ‘desmagnetizar’ la tarjeta. Esta afirmación tiene sus matices, como explica en un artículo Gizmodo.
La banda magnética de la tarjeta está formada por partículas ferromagnéticas y alineadas de una manera determinada con magnetismo. Pero para moverlas, hace falta un campo magnético lo suficientemente fuerte.
En efecto, el teléfono móvil tiene un imán. El más importante está en el altavoz interno. Éste podría inutilizar la tarjeta, pero dependerá del tipo de banda magnética. Existen dos tipos de banda. La de alta coercividad y la de baja coercividad. Las primeras son negras y están hechas de ferrita de bario, mientras que las segundas suelen ser marrones y están echas de óxido de hierro. Las importantes (bancarias, tarjeta sanitaria, etc.) suelen tener banda negra, mientras que las menos importantes, tipo tarjeta de socio de la biblioteca o de un hotel, tienen la banda marrón.
En cualquier caso, para alterar la banda magnética de una tarjeta hace falta un campo magnético de 1.000 gauss. Un imán casero no suele superar los 100 gauss, y el que contienen los móviles tiene entre 1,2 y 10 miligauss, por lo que es extremadamente improbable que un móvil pueda inutilizar una tarjeta, sobre todo si es de alta coercividad. Es más probable que un arañazo inutilice la banda que un imán.