Los usuarios de teléfonos móviles Android viven con la constante preocupación de que su terminal se quede sin batería. La gente, obsesionada con el ahorro de energía, tiende a desconectar todos los servicios, bajar el brillo, poner el móvil en modo avión y un largo etcétera de acciones que, en muchas ocasiones, no suponen un gran ahorro. La solución es mucho más sencilla.
Como indica la web Andro4all, “la mejor forma de ahorrar bateria en Android es no intentar ahorrar batería”. Hay algo de cierto en ello, pero no es tan sencillo como dejar de preocuparse. Aquí os explicamos algunas razones para evitar la obsesión con el consumo:
Aplicaciones como Doze son capaces de gestionar el sistema de reposo de los dispositivos de una manera mucho más eficaz que otras como Greenify. Sin embargo, estas apps, en muchas ocasiones, lo único que hacen es gastar más batería de la que ahorran.
Otros usuarios deciden utilizar lo menos posible el teléfono o caparlo directamente, pero lo cierto es que los procesadores actuales son tan avanzados que por mucho que se economice su frecuencia de uso no se va a notar prácticamente nada de ahorro energético. A lo sumo media hora.
Bajar el brillo sí que reduce el consumo de batería. Mientras más tiempo se use, más rápido se gastará. A pesar de todo, ajustar el brillo de la pantalla al mínimo tampoco es bueno, pues hace que el ojo haga más esfuerzo del que debería y provoca fatiga. Lo mismo ocurre por la noche con las pantallas sobreiluminadas. Lo ideal es mantener el brillo en consonancia con la luz ambiental. Al menos así lo indican los expertos sanitarios.
Una solución eficaz es tener controlado en uso de las aplicaciones. Muchas de ellas devoran, literalmente, la batería del teléfono. Si ese es el caso, lo ideal es cortar la conexión a Internet, ya sea desconectando el wifi o los datos móviles, pero en el siglo XXI estar ‘desconectado’ de la red es casi un suplicio para algunos usuarios.
La mejor solución a largo plazo es que una persona que compra un teléfono que cuesta 700 u 800 euros disfrute del producto. Los aparatos que gastan mucho lo hacen por su potente mecanismo interno, así que utilizar todos los métodos de ahorro que están al alcance de la mano tampoco va a suponer una diferencia excesiva (30 minutos o, como mucho, una hora).
Si se quiere economizar la batería, hay terminales mucho más baratos que aguantan el doble de tiempo. A veces el elevado precio de los productos más potentes del mercado supone un enorme gasto energético. Es mejor prever cuál va a ser su uso antes de sufrir las consecuencias.