El mundo de los denominados “gamers” o jugadores de videojuegos se hace cada vez más popular y complejo junto a una industria que fortalece su poder.
Solo en República Dominicana se estima que existen unos 200 mil de ellos, de los cuales, alrededor de 80 mil se consideran activos (juegan todos los días), según un censo online realizado en 2014 por la comunidad gamers en el país.
Para estos, de acuerdo a la Dirección General de Aduanas, entre 2015 y octubre de 2017 se han importado 243,847 unidades de videoconsolas y máquinas de videojuegos, equivalentes a US$1,649,183 (RD$78,286,717) para ser utilizados en juegos como Call of Duty, Street Fighter, Gear of Wars, Injustice y otros.
Se trata de una industria que tiene su origen en 1940 y continua en expansión con una generación de ingresos de más de 91,000 millones de dólares a nivel mundial y se vaticina que para 2018 supere los 113.000 millones de dólares. De acuerdo a un estudio de la firma Newzoo, el mayor crecimiento de este mercado se registra en Asia, Norteamérica, Europa, Medio Oriente, África y Latinoamérica.
Los videojuegos son vistos históricamente por la gran mayoría en República Dominicana como un pasatiempo, un pequeño sector lo visualiza como un negocio y en los últimos años algunos jóvenes y adolescentes han comenzado a identificarlo como un nicho de trabajo o carrera deportiva.
En Latinoamérica hay unos 56 jugadores profesionales, ninguno dominicano, y 200 mil que quieren llegar a serlo y firmar contratos con sueldos de más de US$2,5 millones anuales como es el caso del gamer mejor pagado del mundo: Lee Sang-Hyeok, conocido como “Faker” en League of Legends.
“Mi meta para el próximo año es tener una liga organizada, constituida y reconocida por las autoridades del Ministerio de Deportes, quienes nos piden ciertos requisitos que estamos desarrollando antes de hacer la solicitud formal para que nos reconozcan como deporte”, manifestó a Diario Libre Giancarlos Valdez, director de un equipo de gamers que surgió hace cuatro años con el propósito de hacerse profesionales del juego y facturar sumas millonarias como ocurre con jugadores internacionales.
Estos últimos, se mudan en casas conocidas como “Gaming House” para dedicar más horas a entrenar. En Latinoamérica hay unas siete, incluyendo la que existe en República Dominicana.
En otros países las casas de los jugadores es un requisito para participar en los torneos mundiales que organizan las compañías creadoras de los videojuegos, debido a que cuando adquieren un nivel profesional requieren de un entrenamiento mayor.
La primera Gaming House de Latinoamérica surgió en Uruguay, conforme a informes de prensa. No había sueldos ni auspicios, por lo que se concentraban en ganar las competencias, para obtener recursos económicos. Muy similar a la que existe aquí.
Ubicada en el sector El Cacique, Santo Domingo, la Gaming House dominicana funciona desde 2013 en el país y está destinada para albergar a los cinco jugadores que conforman el equipo BlackOut e-Sport.
En ella residen de manera permanente el director del equipo y otros dos jugadores. El resto, se muda cuando va a iniciar una temporada de juego. En ese momento en una sala colocan las computadoras con características especiales para gamers y unas pizarras que llenan de estrategias y análisis.
“La convivencia al principio fue un poco difícil porque son muchachos que están acostumbrados a estar en su casa donde le hacen todo, pero ese es parte del propósito, hacer que los jugadores tengan una convivencia que lo ayuden a ser más compañeros y se apoyen porque el juego requiere de todo eso”, explicó Valdez.
Giancarlos Valdez, de 29 años, relata que su rol en esta tarea que comenzó como un hobbie entre amigos, ha sido brindarles las herramientas a sus compañeros con edades entre 17 y 24 años, para que logren hacerse profesional en el área.
Para ser gamer hay que ser competitivo, según dice. Es una característica común hasta en los que se hacen llamar aficionados y youtuber. Cuando juegan en torneos mundiales buscan ganar el primer lugar, el segundo para ellos, es “una derrota”.
“En la última competencia quedamos en segundo lugar y ganamos tres mil dólares, eso nos permitió cubrir gastos en la casa donde se van alrededor de cien mil pesos mensuales cuando estamos en competencia, solo quienes ganan el primer lugar tienen chance de avanzar a la liga que es donde se adquiere el nombre de equipo profesional”, explica Valdez. Los gamers de esta casa relatan que han ganado hasta RD$18,000.
Compiten por internet con la esperanza de que cuando sean profesionales viajarán al país donde se esté realizando el torneo. Aunque hay varias opciones de videojuegos, League of Legends (Liga de Leyendas en español), desarrollado por Riot Games, es el “deporte electrónico” que utilizan para competir con jugadores de diferentes naciones.
Riot Games, fundado en 2006, es un desarrollador de videojuegos, publicista y organizador de torneos como el Campeonato Mundial de League of Legends, y la Serie de Campeonato para Europa y Norteamérica.
Se calcula que cuenta con un promedio de 100 millones de jugadores mensuales alrededor de todo el mundo, con 7,5 millones de ellos conectados simultáneamente en horas específicas. Esta popularidad hizo que el juego League of Legends, se convirtiera en un evento profesional, con competencias organizadas, transmitidas por medios especializados y con premios de hasta US$2 millones para los ganadores.
Ningún jugador puede conseguir un trabajo fijo, ni temporal mientras está en un equipo de estos, pues debe entrenar alrededor de 16 horas al día. No reciben un sueldo. En temporada de torneo, durante tres meses, el líder del equipo cubre sus necesidades, el resto sus padres deben hacerse cargo.
De eso sabe Ronny Sosa Merette, de 26 años, quien es jugador Diamante y residente desde hace tres meses en la Gaming House dominicana, alcanzó el puesto tras largas horas de juego. Su objetivo es llegar a ser Retador, el mayor de los niveles en de League of Legends.
“Ser el más brillante depende de la capacidad. El tiempo de reaccionar que tiene la persona, hay algunos que son mejores concentrándose y siguiendo objetivos con los ojos, otros que pueden atender varias cosas al mismo tiempo, que tienen buena memoria mecánica, reaccionan rápido con las manos y toman buenas decisiones en el juego. Algunos que con pocas horas de entrenamiento son mejores que quienes le dedican más tiempo”, resalta Sosa.
En este juego League of Legends, los jugadores pueden alcanzar la mejor posición-Retador- y perderla, si otro consigue una puntuación mayor. De ahí, un circulo de nunca acabar.
En la Gaming Haouse los jugadores cuentan con un entrenador que se encarga de preparar las rutinas de entrenamientos, ver los resultados de cada uno para luego mejorarlo; analistas que evalúan el juego y al “enemigo” y les dan estrategias, y el mánager quien se encarga de manejar todo lo que es comunicación con los demás equipos del torneo y los patrocinadores.
Ver articulo completo en Diario Libre, escrito por Kirsis Diaz