Lisa Bridgett le debe la vida a su celular. Esta mujer galesa estaba hablando por teléfono cuando estalló la bomba en el vestíbulo del Manchester Arena este lunes y un shrapnel voló hacia su cabeza e impactó contra el dispositivo.
Bridgett había ido a buscar a su hija Ashleigh y a un amigo que asistieron al show de Ariana Grande cuando el kamikaze Salman Abedi atacó con un explosivo caserolleno de tuercas, clavos y otros elementos metálicos para hacer el máximo daño posible.
“El hecho de que ella estuviera hablando por teléfono en ese momento probablemente le salvó la vida”, opinó su marido, Steve. Sin embargo Bridgett no salió indemne del ataque. El proyectil, una tuerca, le arrancó el dedo mayor de la mano izquierda y, tras ser desviado por el celular, le lastimó la mejilla y la nariz, indicó el hombre en un posteo en Facebook.
La mujer también sufrió una fractura de tobillo y una herida en el muslo. “Su nariz está bien y sólo tendrá una cicatriz. Ella se va a recuperar por completo, aunque no creo que el dedo volverá a crecer”, ironizó el hombre, antes de agradecer a la policía, al personal médico y a un empleado del Manchester Arena llamado Peter que ayudó a su esposa.