Desde tiempos remotos, la creatividad y la ingeniería humana han querido conquistar los aires. Según la Asociación Internacional de Vehículos no Tripulados (AUVSI, por sus siglas en inglés), el impacto económico de los drones en el sector comercial alcanzó, en 2016, los 2,300 millones de dólares (mdd) a nivel mundial, y se estima que, para 2025, esta cifra podría aumentar por encima del doble.
En la industria de la fabricación de drones, entre los líderes internacionales se encuentra, desde hace más de 10 años, la empresa Syma y la compañía DJI, con sede en China (desde 2006).
En la República Dominicana, la revolución de drones comenzó alrededor de 2008, pero su mayor presencia fue a partir de 2014, cuando la empresa DRfromsky (Dominican Republic From Sky) se hizo distribuidor exclusivo de la marca DJI para el país y el Caribe. Su crecimiento acelerado permite descubrir y vislumbrar nichos de mercado y beneficios aún sin explotar.
Se puede escoger entre dos variantes de aparato: los controlados desde una ubicación remota, y aquellos de vuelo autónomo. El modelo Quadcopter, de cuatro hélices y peso variable de acuerdo al tamaño, es el dron más cotizado en el país; sus costos van de 1,000 a 10,000 dólares, y algunos llegan a costar hasta 50,000.
En el marco del actual proyecto Financiamiento Basado en Pronósticos, que desarrollan la Comisión Nacional de Emergencias (COE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en República Dominicana, funcionarios dominicanos vinculados a la gestión del riesgo y desastres se han preparado en el manejo de drones para prevenir emergencias y mejorar el análisis de las zonas expuestas a catástrofes.
La alta demanda nacional permitió que República Dominicana aplicara, hace dos años, una regulación para su uso. El Instituto de Aviación Civil (Idac) fue el encargado de ello, y emitió la resolución 008-2015, que regula su uso en territorio nacional, y establece límites sobre las propiedades públicas y privadas, e incluso aborda los casos de daño a una persona.
El crecimiento exponencial de su panorama actual presenta oportunidades, entre las que sobresalen los mercados del transporte de mercancías y la vigilancia.
La monitorización de los procesos referentes al cambio climático constituye preocupaciones del gobierno, organismos internacionales y la administración pública radicados en el país.
Escrito por Galia Luz Tamayo para Forbes