Este fenómeno, que consiste en que cada fabricante que utiliza este sistema operativo lo personalice para distinguirlo de la competencia resulta a menudo contraproducente y complica la solución de problemas y fallos. Si, por ejemplo, el sistema presenta una vulnerabilidad, para corregirla hay que diseñar un parche de seguridad para cada versión utilizada por cada fabricante, algo que sería mucho más fácil si todos usaran la misma versión básica del sistema operativo o, al menos, la misma versión.
Pero de acuerdo con los últimos reportes, eso se acabó. Google anunció que todos los nuevos “smartphones” que lleguen al mercado deberán hacerlo con Oreo, la versión más reciente de sus sistema operativo (8.0). Esto aplica por igual a teléfono de gama alta, media o baja.
Para implementar esta disposición y según explican en XDA Developers, Google ya terminó de certificar en marzo los dispositivos lanzado con Android Nougat, que es la versión inmediata anterior a Oreo. Esto significa que ya no aceptará certificaciones con versiones menos recientes de Android y ni hablar de nuevos lanzamientos con esas versiones.
La ventaja más notable de esta disposición es que harás las actualizaciones de sistema mucho más rápidas que en la actualidad, ahorrando tiempo y atendiendo posibles vulnerabilidades sin mayor demora.
Hay que mencionar que todavía pueden quedar algunos dispositivos con versiones anteriores de Android que ya hayan sido certificados y así lleguen a las tiendas, pero el cambio aplicará los que se vayan desarrollando de aquí en adelante, los cuales deberán llevar Android Oreo por defecto según esta disposición.