El fenómeno ‘Fortnite’ ha sido uno de los más importantes del año. Según las previsiones, tiene una base de jugadores activos de más de 130 millones y han sido capaces de generar más de tres millones de dólares al día. Sin embargo la explosión de este juego también está provocando varias quejas y problemas derivados en los colegios.
A tal grado que varios colegios han emitido un comunicado apelando a que los padres controlen el tiempo de acceso a las pantallas y supervisen el juego que según ellos tiene enganchados a gran parte de sus alumnos.
‘Fortnite’ es un juego que consiste en un mapa donde los jugadores intentan que los demás mueran antes que ellos. Pero no es un juego propiamente violento. En parte gracias a sus colores llamativos, bailes divertidos y personajes que recuerdan a los dibujos animados.
Aunque no son estos factores lo que preocupan al profesorado de algunos colegios. En el juego las partidas son cortas, normalmente de unos 20 minutos. Eso alienta a los jugadores probar suerte una y otra vez, lo que al final puede llegar a causar adicción. Un problema que la OMS ya reconoce como enfermedad.
Un caso relacionado que llamó la atención de los medios hace unos meses fue el del colegio de Devon, en el suroeste de Inglaterra. La escuela prohibió el baile más famoso de ‘Fortnite’, el “floss dance”, porque intimidaba a los más pequeños. En aquel caso, algunos padres del centro y otros de fuera, se habrían colocado en contra de la medida.
Otros colegios ofrecen guías para padres acerca de ‘Fortnite’, donde se puede leer que el juego es tremendamente adictivo. Mientras que en algunas escuelas en Reino Unido, ya se ha escrito a los padres para avisar de arrebatos de ira y enfados por el juego.