El adolescente que aprendió a reparar modelos de iPhone por su cuenta pone en jaque a Apple

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Cuando a Surya Raghavendran, de Michigan (EEUU), le quisieron cobran en una tienda de Apple $120 dólares por segunda vez para reparar la pantalla de su iPhone decidió que no estaba dispuesto a pagar el servicio. Con tutoriales de Youtube y mucha fuerza de voluntad aprendió a hacerlo él mismo. Tanto es así, que incluso montó su propia empresa de reparación. Ahora es uno de los defensores más activos del derecho a reparar tus propios dispositivos en su estado, según informa Motherboard, que ha hablado con él.

Raghavendran, de 17 años inicio aquel día su “auto servicio” en el que corriendo dejó caer su iPhone 5C. La pantalla se hizo rompió. Con ayuda de sus padres, juntó los $120 dólares que cuesta repararla y acudió a una tienda de Apple para que se lo arreglasen. Al poco tiempo, el terminal empezó a dar problemas y el chico acudió de nuevo al servicio técnico. La solución que le dieron fue volver a pagar lo mismo y cambiar de nuevo la pantalla. Se negó y buscó otra opción. Esta consistió en comprar un recambio no oficial a un tercero y con tutoriales de Youtube, aprender a hacerlo él mismo. Tras dos horas de empeño había conseguido arreglar su teléfono por mucho menos dinero de lo que le pedían en Apple. Con la lección aprendida, decidió emprender.

Montó su propia empresa, SKR Screen Repair, y por la mitad del presupuesto oficial arregla pantallas. Un negocio que ha funcionado. Más si se tiene en cuenta que la mayoría de clientes son de su instituto y que los modelos de iPhone son muy populares en Estados Unidos. “Si anuncias un negocio de reparación de iPhone barato en una escuela secundaria, ganarás mucho dinero”, ha declarado a Motherboard.

Sin embargo, hubo un problema con el que ni él ni los usuarios de sus servicios habían tenido en cuenta. Apple activó una actualización del sistema operativo de los iPhone que provocó que quienes habían introducido componentes externos a la marca de la manzana mordida viesen como sus teléfonos dejaban de funcionar. Eso fue lo que encendió la mecha del activismo de este adolescente de Michigan de 17 años para demandar el derecho de las personas a reparar sus dispositivos.

“La gente debería poder elegir dónde quieren reparar sus dispositivos. El derecho de reparación disminuirá la cantidad de desechos electrónicos y las personas retendrán sus dispositivos durante mucho más tiempo con redes de reparación adecuadas”, defiende Raghavendran, que se ha puesto en contacto con asociaciones y dirigentes para promover esta iniciativa.

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