Cuando piensas en un puesto de trabajo en una multinacional tecnológica, puedes pensar en un buen sueldo y una posición acomodada. Sin embargo, no siempre es así, y se sabe que hay puestos de los que todo el mundo huye.
En concreto hay un perfil que nadie quiere asumir, al menos en países desarrollados. Por eso las tecnológicas como Google, Facebook o Twitter contratan a empleados en otros países. Se trata del trabajo de moderador en redes sociales, quizás el más desagradable que existe en este sector.
Su trabajo es claro: evitar que se propaguen imágenes, vídeos o mensajes con contenido poco adecuado. Hablamos de racismo, xebofobia, mutilaciones, asesinados y todo tipo de contenido que pueda herir sensibilidades. Estos moderadores entran en acción cuando se reciben numerosos reportes de usuarios humanos al respecto de un contenido. No lo hacen de forma automática a todas las fotos y vídeos, ya que es algo absolutamente imposible.
Lo más curioso del trabajo de moderación es que la mayoría del contenido que tienen que censurar proviene de Europa y Estados Unidos, aunque poca gente en estos países quiere dedicarse a moderarlo.
Actualmente se calcula que sólo Facebook tiene unos 7,500 moderadores repartidos por distintos países del mundo, sobre todo por el sudeste asiático. Hablamos de pornografía infantil o maltrato animal, dos tipos de contenido de los que más problemas causa en redes sociales como Facebook o Twitter. Suelen causar estragos en algunos de los moderadores más sensibles, que a la larga no soportan su trabajo y tienen que dejarlo, como declaran en entrevistas a la web australiana News.
La principal carencia del sistema de moderación tiene que ver con el modus operandi cuando se detecta uno de estos casos. Simplemente se procede a cerrar la cuenta, aunque no se denuncia a las autoridades pertinentes en casi ningún caso.