Después de 139 años, el operador histórico francés se dispone a enterrar definitivamente la red telefónica tradicional. Desde noviembre, se dejará de comercializar la línea fija, que dejará de funcionar a partir de 2023.
A partir de 15 de noviembre, los franceses ya no podrán solicitar la instalación de una línea telefónica fija al operador tradicional Orange (ex France Telecom). Si quieren un teléfono en casa deberán optar obligatoriamente por uno que funcione a través de internet con la tecnología IP. Cinco años después, empezará a desaparecer totalmente la red, ciudad por ciudad.
De este modo, la versión residencial presente en todos los hogares franceses pasará a ser una reliquia, 139 años después de la creación de la primera red telefónica, en París.
Actualmente, existen en Francia 20 millones de usuarios de la telefonía fija, una cifra que se ha dividido por dos desde 2012. Hartos de las llamadas a casa con fines comerciales y adictos al teléfono celular, los franceses han ido abandonando progresivamente la vieja RTC (Red Telefónica Conmutada).
Queda por revolver qué respuesta se le dará a los 9,4 millones de abonados a la telefonía fija que no tienen acceso a internet. La empresa Orange propondrá como solución a todos sus usuarios una “box”, un dispositivo con acceso a servicios de telefonía, televisión por cable y la web en general.
Se trata de un desafío sobre todo para la tercera edad, menos familiarizada con esta tecnología y muy dependiente de la telefonía fija. Para ellos “habrá equipos simplificados”.